lunes, 4 de octubre de 2010

Estrategias de manipulación de la opinión publica y de la sociedad / Anónimo

1  La estrategia de la distracción
El elemento primordial del control social, es la estrategia de la distracción consistente en desviar la atención del público de los problemas importantes y de las mutaciones decididas por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación continua de distracciones y de informaciones insignificantes.
 
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al publico de interesarse a conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y de la cybernética.

"Mantener la atención del publico distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener el publico ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja con los otros animales." (cita del texto "Armas silenciosas para guerras tranquilas")

2  Crear problemas, después ofrecer soluciones
Este método es también denominado "problema-reacción-solución". Se crea primero un problema, una "situación" previsto para suscitar una cierta reacción del publico, a fin que este sea el demandante de medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desarrolle o intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad o policíacas en detrimento de la libertad. O también: crear una crisis economica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios publicos.

3  La estrategia de la degradación
Para hacer aceptar una medida inaceptable, es suficiente aplicar progresivamente, en "degradado", sobre una duración de 10 años. Es de esa manera que condiciones socio-económicas radicalmente nuevas han sido impuestas durante los años 1980 a 1990. Desempleo masivo, precariedad, flexibilidad, relocalización, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que habrían provocado una revolución si hubieran sido aplicados bruscamente.

4  La estrategia del diferido
Una otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es de presentarla como "dolorosa pero necesaria", obteniendo el acuerdo del publico en el momento para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero por que el esfuerzo no es desplegado inmediatamente. Enseguida por que el publico, la gente, tiene siempre tendencia a esperar ingenuamente que "todo irá mejor mañana" y que el sacrificio demandado podrá ser evitado. En fin, esto deja mas tiempo al publico para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarlo con resignación cuando llegue el momento.

Ejemplo reciente: el pasaje hacia el Euro y la perdida de soberanía monetaria y económica han sido aceptados por los países Europeos en 1994-1995 para una aplicación en el 2001. Otro ejemplo: los acuerdos multilaterales del ALCA (o FTAA) que los Estados Unidos han impuesto en el 2001 a los países de todo el continente americano (Centro y Sudamérica) a pesar de sus reticencias, concediendo una aplicación y vigencia diferida para el 2005.

5  Dirigirse al público como a niños de baja edad

La mayoria de los spots de publicidad dirigida al gran publico utiliza un discurso, argumentos, personajes, y un tono particularmente infantil, muchas veces proximo a lo débil, como si el espectador fuera un niño de baja edad o un deficiente mental. Cuanto mas se intente buscar enganar al espectador u oyente, mas se tiende a adoptar un tono infantilizante.

¿Por qué?

Si se dirige a una persona como si tuviera la edad de 12 años entonces, en razón de la sugestibilidad, ella tendrá, con cierta probabilidad, una respuesta o reacción también desprovista de sentido critico al igual que una persona de 12 años." (cf. "
Armas silenciosas para guerras tranquilas")


6  Utilizar el aspecto emocional más que a la reflexión
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para hacer corto circuito al análisis racional, y por ende al sentido critico de los individuos. Además, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o insertar ideas, deseos, miedos o temores, pulsiones, o inducir comportamientos...

7  Mantener al publico en la ignorancia y la idiotez
Hacer de forma que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.

"La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre o mediocre posible, de forma que la brecha de la ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases sociales superiores sea y permanezcan incomprensible para las clases sociales inferiores."
(cf. "Armas silenciosas para guerras tranquilas")

8  Promover al público a complacerse en la mediocridad
Promover al publico a encontrar "cool" (bien) el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto...
9  Reemplazar la revuelta por la culpabilidad

Hacer creer al individuo que el solo es responsable de su desgracia, a causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en vez de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto-devalúa y culpabiliza, lo que genera un estado depresivo del cual uno de sus efectos es la inhibición de la acción. Y sin acción, no hay revolución!...

10  Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una brecha creciente entre los conocimientos del publico y aquellas poseídas y utilizadas por las elites dirigentes. Gracias a la biología, la neurobiología, y la psicología aplicada, el "sistema" ha logrado a un conocimiento avanzado del ser humano, a la vez físicamente y psicológicamente. 
El sistema ha alcanzado a conocer mejor el individuo común de lo que él mismo conoce de sí. Esto significa que en la mayoría de los casos, el sistema posee un más gran control y un más gran poder sobre los individuos que los individuos ellos-mismos.

Una dictadura sobre el proletariado / Andrés Pedreño *

Los más sorprendente (y a la vez indignante) de la sucesión de hechos desplegados durante estos dos años largos de crisis económica es el giro dado a la atribución de responsabilidades de las causas de la crisis. En un primer momento, y como auténtica novedad histórica, el relato neoliberal se resquebrajó al evidenciarse que en el origen de la crisis estaba la irresponsabilidad de los que hasta entonces se habían erigido como responsables guardianes del orden global (bancos, instituciones financieras, etc.). 

De repente, e insisto en la novedad, volvió a hablarse de política, de supeditar la economía a la política, se problematizó el capitalismo neoliberal, se habló de un retorno de Keynes e incluso de Marx, etc. Todo fue un espejismo. Muy pronto los gobiernos salieron a la ayuda del capital financiero y se inyectaron billones de dólares en salvar bancos. El capital financiero retornó a posiciones de poder e impuso su relato neoliberal de atribución de responsabilidades (por cierto, un relato que llevan repitiendo y aplicando desde hace tres décadas): “la rigidez del mercado de trabajo”, “el excesivo gasto público”, “los costosos sistemas de protección social”.

David Harvey en un reciente libro traducido al castellano bajo el título de “Breve Historia del Neoliberalismo” (Akal) se pregunta sobre si el neoliberalismo ha generado tantos éxitos económicos y sociales como para que su doctrina siga manteniéndose imbatible. Y la respuesta es un no contundente. Las desigualdades globales se han disparado, los episodios de crisis han sido recurrentes generando turbulencias unas veces en el sudeste asiático, otras en México o Japón, y hoy en el centro del Imperio y en Europa. Su imbatibilidad, demuestra Harvey, se debe no tanto a su “eficacia” como a que se trata de un proceso de restauración y acumulación de un poder de clase en manos de una élite económica. 

Un poder de clase que tiende a apropiarse y concentrar cada más porcentaje de la renta nacional en unas pocas manos. Un poder de clase que acumula capital según una lógica por “desposesión”: privatización y mercantilización de las propiedades colectivas de la sociedad (próxima estación: la ampliación de la edad de jubilación y las pensiones); la usura, el endeudamiento de la nación y, lo que es más devastador, el uso del sistema de crédito (la denominada “financiarización de la economía”); “la trampa de la deuda externa” (se calcula que desde 1980 cerca de cincuenta planes Marshall -4,6 billones de dólares- han sido transferidos desde los pueblos de la periferia a sus acreedores en el centro); y la conversión de la fuerza de trabajo en mercancía pura cada vez mas desprovista de protecciones y seguridades (la denominada “precariedad”).

La acumulación por desposesión teorizada por Harvey muestra que la progresiva concentración de la renta en “los de arriba” se hace a costa de “los de abajo”. El neoliberalismo no es un juego de suma cero, sino que es un proyecto de restauración de un poder de clase con capacidad de imponer su visión del mundo hasta en las coyunturas mas adversas (como lo demuestra lo rápidamente que se desprendió de la atribución de responsabilidades de la actual crisis y consiguió restaurar una vez más su relato de las culpas: el gasto público, las pensiones, los derechos laborales y sociales).

Otro libro imprescindible (¿saben nuestros gobernantes leer?) es el de Robert Castel “La metamorfosis de la cuestión social” (Paidós), una crónica del asalariado escrita en los 90, en la que demuestra que la condición salarial en estos tiempos se caracteriza por “la desestabilización de los estables”, “la instalación en la precariedad como único destino social”, y “la manifestación de un déficit de lugares ocupables en la estructura social”. 

Esta triple realidad es la que se reforzará con la aplicación de la actual Reforma Laboral aprobada por el gobierno socialista: golpea a los estables (abaratamiento de los costes de despido, que se une a la precarización del estatuto salarial de los trabajadores de la función pública aplicado desde junio); perpetua la temporalidad y degrada aun mas si cabe los convenios colectivos imponiendo la lógica del contrato entre individuos; y no ofrece ningún impulso de restauración de lugares ocupables y dignos para los millones de desempleados.

A menudo se ha comparado la actual crisis con la “crisis del 29”. Un gran antropólogo e historiador de la economía, Karl Polanyi, demostró que la vía del autoritarismo y del fascismo fue una de las respuestas a la laceración del cuerpo social que había supuesto el despliegue del liberalismo económico. De esta forma Polanyi constató un terrible descubrimiento: dentro del liberalismo económico se acuna el germen del autoritarismo e incluso del fascismo como posibilidad. 

Afortunadamente la salida a aquella crisis que terminó imponiéndose fue por la izquierda: Estado Social, derechos de protección social a los asalariados, estabilidad y derechos de ciudadanía social, etc. Esta salida por la izquierda fue posible por el impulso de la movilización social (amplias luchas obreras, revolución bolchevique de 1917, etc.).

¿Qué dirección tomará la salida a la actual crisis? ¿Existen las condiciones de lucha de clases de los años 20 y 30 que posibilitaron entonces una salida por la izquierda? ¿Será más bien una intensificación del autoritarismo y de la xenofobia la salida más plausible? ¿No está acaso en las prácticas de desposesión del restaurado poder de clase neoliberal la evidencia de una “dictadura sobre el proletariado”?. De las respuestas a estas preguntas depende el futuro del inquietante mundo que nos ha tocado vivir.

(*) Andrés Pedreño, profesor de sociología de la Universidad de Murcia