lunes, 8 de noviembre de 2010

Sí hay alternativas / Carlos Martínez *

1. Como afirma Susan George hay miles de alternativas. La crisis tan profunda que vivimos, de origen financiero, lo es económica, social, alimentaria, cultural, política e ideológica, nos ha despistado profundamente.

La respuesta de lo que fueron las izquierdas occidentales institucionales, ha sido plegarse ante la ofensiva neoliberal y renunciar a las políticas socialdemócratas. La renuncia se ha fundado en el claro dominio del ala derecha en estos partidos y en la imposición en su seno de ideas ortodoxas, monetaristas y liberales, avaladas por “expertos” y académicos neoclásicos y neoliberales, que han apabullado intelectualmente a una dirigencia que abandonó el marxismo hace años, y con ello la posibilidad de poseer un bagaje intelectual y sociológico de izquierdas. Así como la renuncia al keynesianismo y a las prácticas laboristas y de clase, incluso del bloque de clases. 

Los teóricos de la casa, olvidados y el mensaje de politólogos y sociólogas, amen de economistas anglosajones de raíz liberal y puramente tacticista, asumidos como propios. Pero también y esto es aún peor, la influencia de personajes y grupos editoriales ligados al mundo empresarial, inspirando políticas.

Claro, para un ortodoxo económico, la alternativa no es posible. Las clases trabajadoras son las clases medias, y la clase obrera ya no existe. El pueblo, es el electorado y la construcción de una sociedad más justa e igual, trastocada en políticas sociales de beneficencia, más o menos pública.

Se comenzó renunciando al marxismo como método de análisis y trabajo y se acaba confundiendo la igualdad con los derechos civiles. Se renuncia a la intervención en la economía y se contribuye a crear y sustentar en la Unión Europea, el espacio más neoliberal del mundo.

2. La caída del muro de Berlín deja en Europa a la izquierda descolocada. La tentación del sectarismo, no ha sido superada por muchos de los viejos aparatos de origen estalinista. La razón no sólo la da la convicción en los análisis y estrategias propias, aunque conduzcan a la marginalidad. Los deseos no son realidad por mucho que nos hagamos la ilusión de que sólo por levantar una bandera se nos seguirá.

El análisis de la realidad es muy recomendable para iniciar cualquier movimiento de acumulación de fuerzas de la izquierda, de la ciudadanía crítica y solidaria, de las clases trabajadoras y de las fuerzas sociales y sindicales.

3. La tentación de las vías verdes, en exclusiva, las admite e incluso potencia el sistema. Hoy en el mundo, el principal problema es el deterioro del planeta y el cambio climático que nos amenaza. Pero la causa de esto es el capitalismo salvaje y depredador, la cultura del consumo y del despilfarro, y el productivismo tan suicida como falso y trasnochado que se nos vende como solución neoliberal a la crisis sistémica.

El ecologismo de izquierdas que en el Estado español puede representar Ecologistas en Acción lo sabe muy bien. Pero también la izquierda más comprometida ha aceptado hace ya años la defensa ambiental y la justicia climática como seña de identidad.

4. La amenaza de que viene la derecha que es peor, siendo cierta, quien la propicia es quien diciéndose de izquierdas práctica políticas de derechas. Les crean graves problemas a las clases populares, aumentando su inseguridad y precariedad laboral, sus dificultades para llegar a finales de mes, facilitando cada vez más los riesgos de exclusión social ante un paro creciente y unas prestaciones mínimas, y a pesar de ello se plantea aún mayores reducciones, siguiendo las recetas políticas conservadoras y liberales, así como las instrucciones del FMI.

La amenaza de la derecha la aúpan quienes diciendo ser progresistas, se inspiran entre otros a la hora de implementar políticas sociales, laborales y económicas en el grupo de economistas neoliberales conocidos como “los cien” y no en destacadas personas de gran valía científica e intelectual, pero que son de izquierdas, colaboran con los sindicatos o con ATTAC y son activistas sociales. 

La derecha la empujan quienes están más interesados en cómo les clasifican las agencias privadas de calificación de cara a favorecer el negocio de la deuda pública de sus bancos propietarios, que en como vive la gente en los barrios, sin esperanza y sin más ilusión que ver tele, consumir lo poquito que pueden y descreídos de sueños e ilusiones, que no sean la lotería, pues como todos son iguales, que más da quien venga.

5. Es por ello que debemos no decaer las y los que creemos que otro mundo, otras políticas sociales y económicas, otra cultura y otra calidad ambiental, son posibles. Pero sobre todo que hay alternativas.

Las clases populares españolas y europeas, la clase trabajadora será sometida a todavía más recortes, empobrecimiento y explotación. Esto hay que saberlo, precisamente para reaccionar bien. Podemos estar cómodos y quedarnos sentados o levantarnos y ver que podemos hacer.

Lo primero es que para frenar a la derecha y la extrema derecha política y económica, debemos proponer alternativas a estas políticas, y las tenemos: desde las ITF y/o Tasa Tobin, impuestos justos y redistributivos a la banca pública. 

La ampliación del sector público y la prestación de servicios sociales, mejor oferta sanitaria y educativa, más empleos de calidad. La soberanía alimentaria, la economía verde y el apoyo a la economía social, las empresas familiares, el apoyo a los cientos de miles de ideas y proyectos cooperativos y locales etc. etc.

6. Pero también incrementar la calidad democrática. Tener una ley electoral justa y no esta que en la transición se pensó para que las izquierdas jamás pudieran gobernar, y si lo hacían, tuvieran serios problemas para cumplir sus objetivos gracias a las dos cámaras. Pero también la monarquía, herencia directa del franquismo y freno a la igualdad y a la construcción de una ciudadanía republicana amante y conocedora de sus libertades, poseedora del Estado y participadora de los procesos políticos, en lugar de un régimen de súbditos que en sí mismo perpetúa la existencia de castas superiores destinadas a gobernar por siempre jamás.

7. Es por ello que las izquierdas políticas, sociales, sociológicas y culturales debemos buscar la convergencia y la confluencia. Sólo juntos podremos.

Mis frases hay gentes a quienes les parecerán extremistas o excesivamente radicales, eso es la prueba de lo mucho que hemos retrocedido, de lo mucho que la derecha y el sistema nos ha impuesto.

Hay soluciones y hay camino. Los movimientos ciudadanos, las nuevas formaciones no partidarias e inclusivas como ATTAC, podemos ser uno de los ejemplos a seguir. De hecho junto a los sindicatos somos en estos momentos los principales laboratorios de elaboración y de renovación intelectual y activista tanto de discurso como de prácticas movilizadoras.

Los sindicatos son hoy por hoy las organizaciones más fuertes, numerosas y cohesionadas de la izquierda. Su responsabilidad es muy grande y son imprescindibles en cualquier proceso de acumulación de fuerzas, de reorganización y de recuperación de la izquierda transformadora, y además están asentados en todo el Estado español, por lo que nada que se defina como de izquierdas puede estar al margen de ellos. 

Pero eso mismo les obliga a ser más inclusivos, participativos y activos, al par que humildes y sabedores de que también tienen grandes limitaciones y que su legitimidad está dañada y la deben recuperar, así como ser conscientes de que también hay otras sensibilidades sindicales y sindicatos de clase con los que trabajar y converger.

8. Activos Contra la Crisis, es otro espacio unitario, nuevo, participativo y que poco a poco está consolida dándose, demostrando que a pesar de dificultades y contradicciones, es capaz de reunir a movimientos, partidos, sindicatos y asociaciones de casi todo el Estado español, o de todo, pues muchas de la organizaciones que lo formamos, además de locales o territoriales, somos estatales y estamos presentes en todo el Estado.

9. Hay que cuestionarse el mundo en el que vivimos para encarar la crisis. Los y las que gobiernan deben ser conscientes de que en Europa están construyendo algo que para ser real, su primera premisa es destruir el estado social europeo. Los planes de gobernanza europeos solo acabarán provocando el rechazo de los pueblos de Europa que ya se está materializando. Están construyendo una Europa conservadora con excesivos tintes xenófobos fruto de la desprotección social, las desigualdades y la precariedad laboral.

El mundo es otra vez multipolar y los es gracias a los emergentes, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) pero también gracias a los errores de los EE.UU. y la injustificada autosuficiencia y neocolonialismo de la Europa/15 que en el caso español además de pretencioso resulta ridículo. Pero igualmente, gracias a los pueblos de América Latina que han apostado por su dignidad nacional, el control de sus economías y las políticas antineoliberales. 

Los BRIC y las repúblicas latinoamericanas que quieren otras políticas y otro mundo, no son nuestros enemigos. Nuestros enemigos son los especuladores financieros, los grandes banqueros privados que nos asfixian y cortan el crédito y obligan a los gobiernos a defenderlos a ellos hundiéndonos a nosotras y nosotros. Los militaristas, los belicistas, los vendedores de armas, las y los ricos que sustentan su fortuna y la amplían gracias a los Paraísos Fiscales y la delincuencia financiera y fiscal.

Por todo esto hay ALTERNATIVAS, no os desaniméis. Creo que saldremos adelante, pero sólo lo haremos si no nos resignamos y vislumbramos que, frente al capitalismo, sí hay alternativas. Hagamos de la crisis nuestra oportunidad.

(*) Carlos Martínez es presidente de ATTAC España