sábado, 29 de enero de 2011

A 100 por hora / Carlos Martínez *

Los acontecimientos se producen con una rapidez pasmosa. Ya se sabía que en periodos de aguda crisis y excepcionales todo rueda con inusitada rapidez.

Lo cierto es que el deterioro de lo social, la reducción de derechos por los que tanto luchamos y el miedo de tanta gente despistada, desinformada y manipulada por unos medios de desinformación e intoxicación masiva, hace que constantemente muchas personas vivamos en una permanente ducha escocesa de euforia movilizadora y depresión realista, o paciencia esperando tiempos mejores. Pues bien ya no es hora de paciencia o nos robarán la cartera, nos hurtarán nuestro derecho a vivir dignamente.

En un solo día, en el estado español, hemos pasado a ver como se restringe el derecho de huelga y se castiga a los y las obreras del metro de Madrid a no hacer huelga o tenerla tan restringida que es ineficaz; porque trabajan transportando gente y son un servicio esencial; es decir no pueden defenderse pues su trabajo es ese. Un juez restringe un derecho fundamental y aquí no se monta ningún escándalo. El PP de Madrid puede frotarse las manos, pues esto se extenderá y cuando ellos gobiernen terminarán la faena, así que hay que impedírselo ya.

Pero gentes que se dicen progresistas ese mismo día siguen empeñadas en hacernos trabajar hasta los 67, condenando a un futuro incierto a cientos de miles de trabajadoras y trabajadores y no pasa nada. También nos piden coticemos 40 años para una pensión completa, en un tiempo en el que los jóvenes que puedan cotizar 35, se darán con un canto en los dientes.

Pero ese mismo día se lanza un plan de recapitalización de las Cajas de Ahorro, que en realidad les obliga a bancarizarse y a ser pasto de fondos de inversión especuladores internacionales y de la banca “nacional”.

Se pretende decir que nuestras Cajas lo han hecho mal, y así esconden, ocultan las miserias, negligencias y fallos de los Bancos privados españoles, verdaderos causantes de la burbuja inmobiliaria y sus miserias. El error de las Cajas fue imitar a los bancos, pues ni podían, ni debían, ni esa era su función. Ahora se les amenaza con una suerte de nacionalización para impulsar su privatización.

El crédito no fluye, se hace difícil, si no imposible para mucha gente. Por eso, en lugar de propiciar esa suerte de socialismo para ricos, es decir cargar a las clases populares y trabajadoras con toda clase de sacrificios para transferir fondos públicos a la banca y garantizar las deudas a los bancos alemanes y franceses entre otros, recapitalizando de paso a los bancos privados patrios. Si se quiere recuperar el bienestar y la vida digna del pueblo, hay que hacer justo lo contrario.

Es por eso que los sindicatos mayoritarios, si no quieren perder el apoyo que conservan todavía, deben ser fieles por encima de todo a quienes representan y hacerse fuertes junto con los débiles, con el paro, con la exclusión. Enfrentarse contra el empobrecimiento generalizado y recordar que en la casa de los banqueros, los especuladores, los ricos, no hay crisis. En la de millones de parados y paradas, sin embargo, ronda la exclusión social.

Es por eso que la ciudadanía se debe empoderar e impedir esta deriva directa hacia el hoyo y combatir la dictadura de los mercados. La tiranía de los mercados, la burla a la soberanía popular por parte de los mercados, de los banqueros y de políticas y políticos neoliberales. La izquierda no está para tranquilizar a los mercados, está para gobernar o intentar hacerlo cumpliendo sus programas y tratando de transformar esta injusta sociedad y no acomodarse a ella y en ella.

El objetivo de las izquierdas es transformar una sociedad injusta. Pero nadie nos regalará nada. Por eso ATTAC trata de informar y movilizar, formar y organizar las resistencias.
Muchas y muchos ciudadanos decimos basta ya. Hay que pegar un zapatazo en la mesa y expresar, alto y claro, que aquí estamos la ciudadanía activa dispuesta a encontrarse y converger. 

El 19 de Febrero en el Auditorio Marcelino Camacho de Madrid, a las 11h os esperamos a todas y todos, os convocamos a encontrarnos y tratar de unirnos para que nuestra voz, sea escuchada por todos: el gobierno, la banca y los poderosos, pero también los sindicatos y la izquierda. Si las políticas neoliberales avanzan a 100 por hora, nosotras y nosotros hemos de empezar a circular a 120 km hora.

(*) Presidente de ATTAC-España

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