viernes, 21 de enero de 2011

Los paraísos fiscales y la necesaria acción internacional / Jesús Lizcano *

Muchas cosas han de cambiar en el actual panorama económico y financiero internacional, y una de las más importantes es la relativa a los paraísos fiscales, que constituyen una realidad realmente vergonzosa para la comunidad internacional, y resulta tan necesario como urgente adoptar medidas decididas, drásticas, y sobre todo coordinadas a nivel supranacional, para combatirlos e ir consiguiendo su desaparición.

Recordemos que los pilares básicos en los que se asientan los paraísos fiscales son, por una parte, el secreto bancario, y por otra, el régimen fiscal de impuestos nulos o muy reducidos existente en los mismos. Aprovechándose de ellos, los paraísos fiscales han llegado a albergar una ingente cantidad de recursos financieros, de fondos, depósitos e inversiones a nivel mundial. 

Aunque es difícil conocer con rigurosidad y exactitud el montante global de estos fondos por diversas razones -entre otras por el propio secreto bancario-, cabe pensar que probablemente se encuentren entre el importe estimado por el Fondo Monetario Internacional, que los cifra en una cuarta parte de la riqueza o patrimonio privado a nivel mundial, y estimaciones como las del diario Le Monde, que lo cifran en el 50% de dicha riqueza financiera. Ello significa que el citado importe global puede ser en todo caso varias veces superior al PIB español, lo cual puede dar una idea de su magnitud.

Hay diversas listas de paraísos fiscales a nivel internacional, debido a que hay distintos niveles o formas de considerar lo que se entiende como un paraíso fiscal, dado que ello depende de cuestiones como determinados niveles y características de la normativa relacionada con el secreto bancario, con la elusión parcial o total de los impuestos, etc. En todo caso la lista que publica la OCDE se suele utilizar como un referente bastante general dentro del contexto internacional.

Por otra parte, los paraísos fiscales tienen una significativ corresponsabilidad en el nivel alcanzado por la crisis económica internacional, ya que son muchos los capitales que salen de los circuitos financieros normales ante cualquier sombra de inestabilidad o de inseguridad de las instituciones financieras, para refugiarse en dichos paraísos, en muchos casos con total impunidad legal, y originan un efecto negativo muy importante en los sistemas financieros internacionales, generando en muchos lugares, países y circuitos financieros un importante nivel de desestabilización, que amplifica de forma importante los efectos de la actual crisis económica.

Sobre las entidades financieras que están implicadas en paraísos fiscales, diversas estimaciones las cifran en: 4.000 entidades de crédito, 2.000 fondos especulativos, y 2.000.000 millones de sociedades ficticias. Uno de los numerosos ejemplos de territorios con estas características son, las Islas Vírgenes, en las que se crean 70.000 nuevas sociedades cada año; en una de estas islas, por ejemplo, con 18.000 habitantes, hay 350.000 empresas, o lo que es lo mismo, casi 20 sociedades por habitante.

La reciente ofensiva del G-20 contra los paraísos fiscales, liderada por Estados Unidos, Alemania y Francia, ha tenido algunos efectos sustantivos en el régimen de actividad y de actual permisividad de los paraísos fiscales, y es de esperar que los efectos de esta ofensiva supongan un cambio de coordenadas, de objetivos, de niveles éticos, y de control institucional en relación con el sistema financiero internacional.

En este contexto, las sanciones y presiones sobre los paraísos fiscales, tanto económicas, como financieras, fiscales e incluso sociales, sobre todo si se ejercen desde la comunidad internacional, pueden ser efectivas, aunque no sólo bastará con aplicar este tipo de sanciones, sino que deberá haber medidas, por una parte disuasorias, y por otra preventivas e impulsoras en clave positiva de las mejoras en estos países que actúan como paraísos fiscales, y que puedan servir de acicates para que al mostrar los posibles progresos de estos países en la materia, resulten de una o de otra forma beneficiados en el contexto internacional.

En resumen, la desaparición o debilitamiento de los paraísos fiscales dependerá de la firme voluntad de los políticos y de los Gobiernos, sobre todo de los países más poderosos, bajo algunos de los cuales hay territorios que aprovechándose de una cierta soberanía se constituyen en paraísos fiscales. Aunque pensamos que a corto plazo es bastante difícil que desaparezcan, somos optimistas y confiamos que a medio o largo plazo, y siempre con el necesario esfuerzo de la comunidad internacional, puedan llegar a desaparecer. Este sí que es un reto realmente global.

(*) Miembro de ATTAC-España

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