lunes, 28 de marzo de 2011

Inside Job / Santiago Niño-Becerra *

Para personas informadas no aporta ningún dato novedoso. Es un muy buen montaje de expone, pero no concluye, ni traza las consecuencias de lo sucedido: pienso que faltan quince minutos para detallar el período 2009 – 2010. Sigue por la línea ya conocida de que ‘los bancos y las agencias de calificación tuvieron la culpa’; pero lo verdaderamente novedoso del film es que trenza muy bien una serie de razonamientos vinculando a políticos y banqueros de tal forma que el planteamiento completo es: ‘los bancos y las agencias de calificación tuvieron la culpa porque los políticos les permitieron hacer lo que hicieron’.

Yo sigo con lo mismo: en 1973 el modelo empezó romperse porque una parte de la población activa empezó a no ser necesaria. En el período 1987 – 1991 el supply-side ya estaba agotado y a partir de ahí, terminada la economía de la producción, lo único que quedaba era ir por el lado de ‘lo financiero’. Se hizo lo que se tenía que hacer para continuar creciendo porque no se podía hacer ninguna otra cosa. 

Claro que los bancos podían haber hecho las cosas de otra manera, y los políticos hubieran podido no eliminar las regulaciones que eliminaron, y la política fiscal y la monetaria hubieran podido corregir desviaciones, y las empresas y las familias hubieran podido entender que esa capacidad de endeudamiento que parecía infinita no lo era y que los créditos que tan alegremente solicitaban y tan fácilmente obtenían había que devolverlos. Las cosas hubieran podido hacerse de otra manera y todo eso hubiera podido haberse contemplado, pero entonces hubiésemos crecido mucho menos de lo que hemos crecido.

Es frustrante tener que admitirlo, pero nadie tuvo la culpa. Se hizo lo que se podía hacer porque no podía hacerse otra cosa ya que en cada momento se puede hacer lo que se puede partiendo de la base de que los humanos siempre queremos más. Se hizo lo que podía hacerse, lo que sucede es que todo en esta vida tiene consecuencias; y el pasado siempre acaba pasando factura.

Amén.

¿El film?, si no lo han visto, véanlo: como exposición y resumen es bueno.
 
(*) Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull

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