martes, 31 de mayo de 2011

#15m o la subyacente rebelión por un #ogov / Anónimo

Cuando empieza a dejar estar de moda hablar de los acampados en nuestras plazas, cuando ha pasado el fragor de la batalla y empieza a decaer la rebelión, me decido a escribir unas líneas sobre el tema. El caso es ir contracorriente.



El #15m es sin duda un movimiento de indignación social, un intento de recuperar la dignidad que nos han robado en una crisis aquellos que la causaron. Al principio de esa crisis, ya algunos vimos como comenzaban a reproducirse los patrones de la terapia del shock que Klein describía en su magnífico libro. Existe un origen económico en el #15m, una rabia desatada contra una presunta democracia dónde unos son más iguales que otros, contra un sistema que alimenta una desigualdad creciente.



Pero adicionalmente, es una crisis sistémica de la esencia de los gobiernos. Es una demanda, a veces inconsciente, de un Gobierno Abierto: Más transparencia, más participación, más colaboración. La generación digital y los inmigrantes más aplicados, nos resulta difícil entender porque lo que es normal a nivel de calle no es normal a nivel institucional. No existen excusas para la no implementación de un Gobierno Abierto y esa es parte del fondo del descontento.



Tomemos el ejemplo de nuestro país y lo que fue el comienzo de la debacle del #22m y el origen del #15m, el #tijeretazo del 12 Mayo 2010. En parte, comparto que en aquel momento fuera necesario tomar decisiones difíciles. ¿Pero fue necesario tomar las que se decidió tomar? En pleno siglo XXI, a la generación digital le resulta difícilmente comprensible que no se dé transparencia a los elementos que conformaron esa decisión y las alternativas posibles, que no se hagan públicos los datos (en formato abierto y procesable) que sirvieron para ello. Una generación que comparte día a día retazos de su vida a través de redes sociales le es difícil entender como su gobierno no hace público por medios electrónicos todo aquello que le es de interés. Del mismo modo, existiendo multitud de métodos de dar rápidamente participación a los ciudadanos por medios electrónicos, le resulta poco comprensible que la decisión entre las distintas alternativas de recorte no le sean consultadas por medios electrónicos. ¿Difícil? Si, pero no imposible, y todos los que estamos en Internet sabemos que es posible.

La
incomprensión de la red por parte de algunos responsables políticos, tiene como consecuencia no haber sabido satisfacer la demanda de digitalización de la participación social y la perplejidad ante el fenómeno #15m. Internet, contra la impresión que algunos tienen de la red como impulsora del aislamiento, es un catalizador de las relaciones sociales. Los que están en la red son más activos y la red además facilita el autodescubrimiento entre sí de esas personas activas, el resultado es una herramienta de activación social sin precedentes e incomprensible para los que viven anclados en lo analógico. Recomiendo a este sector que lea el report "The social side of the Internet", aun centrado en analizar el fenómeno en USA, sus conclusiones son extrapolables a cualquier país avanzado.



El #15m es una llamada al reset para actualizar un sistema 1.0 y cargar un sistema 2.0.



El #15m tiene demandas económicas, son importantes en el corto plazo, pero en el medio plazo, lo importante para evitar nuevos #15m es avanzar en la implementación de un Gobierno Abierto. Avanzar en la inclusión de Internet entre el toolkit cotidiano de nuestros Gobiernos y políticos. 

lunes, 30 de mayo de 2011

'Democracia Real Ya' no se constituirá en España como un partido político

MADRID.- La plataforma de grupos ciudadanos 'Democracia Real Ya' no se constituirá en partido político de cara a las próximas elecciones generales, pero presentará Iniciativas Legislativas Populares (ILP) ante las Cortes y no renunciarán a que las formaciones políticas asuman sus planteamientos.

   En una rueda de prensa ofrecida este lunes en el edificio autogestionado de La Tabacalera, la primera tras la manifestación que convocaron el 15 de mayo, varios portavoces de la plataforma han insistido en que no son partidistas ni sindicalistas, pero "sí pretenden influir en la política y en el pensamiento de la gente".
   En esta línea, uno de los intervinientes, Chema Ruiz, ha recalcado que están dentro del sistema, pero quieren cambiarlo a través de la movilización social y ciudadana. Eso sí, han insistido en todo momento en que son "un movimiento de indignación" y que no tienen líderes ni representantes, ni se quieren apropiar de una legitimación social.
   Por eso apoyan de forma personal pero no como organización las acampadas y asambleas populares en Sol, los barrios de la capital y muchos municipios, "constituidas de forma espontánea" -- según ha apostillado-- precisamente tras la manifestación multitudinaria de los 'indignados' del día de San Isidro y las posteriores deliberaciones de la comuna instalada en el kilómetro cero de Madrid.
   "No nos vamos a constituir como partido político. Somos una plataforma de grupos de ciudadanos. No está en nuestro espíritu ni en nuestra fundación crear un partido político. Son los partidos los que deben tomar nota de las preocupaciones de la gente", ha afirmado otro de los que hoy han tomado la palabra en nombre de 'Democracia Real Ya', Paco López.
   Eso sí, López ha explicado que no renunciarán a otros recursos del sistema democrático actual para que se aprueben algunas de sus propuestas, que pasan, en resumen, por la eliminación de los privilegios de la clase política, contra el desempleo, el derecho a la vivienda, los servicios públicos de la calidad, el control de las entidades bancarias, aumento del tipo impositivo a las grandes fortunas y entidades bancarias, y la abolición de la Ley Sinde, entre otras muchas cuestiones.
   Entre ellas se encuentra la modificación de la Ley Electoral para garantizar un sistema "auténticamente representativo y proporcional que no discrimine a ninguna fuerza política ni voluntad social, donde el voto en blanco y el voto nulo también tengan su representación en el legislativo".
   La plataforma ha anunciado que recoge firmas para presentar una ILP ante el Parlamento "para que de una vez por todas los políticos escuchen al pueblo y a la realidad civil", ha indicado López. Tampoco renuncian a utilizar esta iniciativa para presentar otras cuestiones.
   Por otro lado, y a preguntas de los periodistas, otro de los portavoces de 'Democracia Real Ya' también ha señalado que no renuncian a que partidos con representación parlamentaria recojan sus iniciativas e intenten que las lleven al Parlamento nacional para su aprobación.
   Durante la rueda de prensa, la plataforma ha exhibido un vídeo sobre la manifestación del pasado 15 de mayo y también otro sobre el desalojo el pasado viernes por la mañana de los acampados de la Plaza Cataluña en Barcelona.
   En ese momento, han mostrado su solidaridad a los heridos por la "brutalidad policial" de la ciudad condal y han pedido la dimisión del consejero de Interior del Gobierno catalán, Felip Puig. Igualmente, han criticado el desalojo de los acampados en la plaza de la Bastilla de París en solidaridad con sus compañeros españoles.
   Los portavoces también han querido responder a los que les califican de movimiento caótico. "Es un movimiento caótico. Pero es un caos que está creando ideas nuevas todos los días y escuchando a cientos de personas. Estamos muy emocionados de lo que ha sucedido. Nos ha sobrepasado", han indicado.
   Paco López ha destacado que el movimiento surgido a raíz de la marcha del 15 de mayo ha conseguido "implicar y despertar a muchas personas que hasta ahora estaban dormidas". "Estamos hartos de que unos pocos decidan sobre nuestro futuro. No nos representan. Tenemos derecho a decidir sobre las cosas que nos afectan", ha indicado otro de los intervinientes.
   "Estábamos en un proceso de indignación y ahora hemos pasado a otro de confianza. Ahora sabemos que tenemos el poder real, y no el mercado financiero que nos gobierna o el neoliberalismo que sólo nos ve como mercancía. Nuestro lema es que no somos mercancía en manos de políticos y banqueros", han concluido.

Hessel: "La indignación debe ir seguida de compromiso"


PARÍS.- Sobre la mesa de su salón parisiense, Stéphane Hessel guarda un ejemplar de El País en el que aparece una foto con jóvenes españoles indignados. Pertenece a los primeros días de la convocatoria de una ola de manifestaciones bajo el título de su libro, que va camino de vender 400.000 ejemplares en España y que ha alcanzado los dos millones en Francia.

Con 93 años, este diplomático francés, escritor y activista del progreso, ha inspirado a los jóvenes europeos, y con mucha fuerza a los españoles, bajo el lema de su libro: '¡Indignaos!'.

Este chaval de 93 años apareció en el momento justo, con la palabra justa. Su único mérito ha sido recapitular. Colocar en alza valores que hoy están amenazados y que han costado años y décadas de lucha y sacrificio. Libertad, igualdad, justicia, legalidad, compromiso, derechos humanos. Palabras labradas a base de sangre y fuego, en su caso no con demagogia barata. Porque Hessel tiene sus razones para indignarse cuando vislumbra la amenaza de verlas desaparecer. No es un charlatán, ni un panfletario, aunque reivindique el género en el que Marx y Engels redactaron el Manifiesto comunista -él no comulga con ello- o Zola lanzara su Yo acuso sobre el caso Dreyfus.

Nacido en Berlín en 1917, se convirtió en francés después de que sus padres huyeran de la amenaza nazi y se instalaran en París. Se enroló en la Resistencia, fue condenado a muerte y torturado por la Gestapo, pasó temporadas en varios campos de concentración y fue testigo de excepción en la histórica redacción de la Declaración de Derechos Humanos. Una vida y una altura moral más que suficientes para sacudir conciencias a nivel global. Un héroe civil, un agitador pacífico y con las ideas claras.

Miles de personas manifestándose en España al grito de "¡Indignaos!". Estará satisfecho. Su mensaje ha calado. Ya lo he visto. Me alegro. Cuando empezamos con la idea de este pequeño libro teníamos a Francia en la cabeza. Ocurrió que en pocas semanas se produjeron varios acontecimientos. La popularidad de Sarkozy se fue hundiendo, lo mismo ocurrió en Italia con Berlusconi, e incluso en España con Zapatero, y en Portugal con Sócrates. Antes de que se produjeran las revueltas del norte de África, la idea de que los Gobiernos de varias partes del mundo rozaban comportamientos que provocaban la indignación de la gente era algo que raramente habíamos visto.

Y le dio por escribir este discurso y convertirlo en libro. No es un trabajo literario, en absoluto. Queríamos lanzar algo corto y estimulante. Puede que hasta tenga faltas de sintaxis. La editora se sentó justo donde está usted ahora, yo empecé a hablar, lo redactó, me lo dio, lo corregimos y lo lanzamos.

Como una entrevista. Una pena para mí, podía haberme tocado, ya que estamos. Exactamente, así ocurrió. Lo digo porque surgió de manera natural, como una conversación. Y una vez en la calle corrió como la pólvora.

Es que hay mucha gente esperando un discurso que aglutine ciertos sentimientos. La palabra justa, la expresión que todos tienen en la cabeza. Esa indignación. Lo he podido comprobar, efectivamente. Pero el libro está basado en dos textos: el programa de la Resistencia, no muy bueno, pero escrito en el momento y en el lugar justos; cuando los franceses se sentían acorralados por un enemigo como los nazis. El otro es la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

De la que usted fue testigo de excepción. Estuve allí cuando se redactó. Yo era demasiado joven para formar parte de ese grupo de 12 sabios, pero fui asistente. Les ayudé a organizar las reuniones, a redactar las actas. Los que estaban allí eran figuras de primer nivel en la esfera de la política y el derecho como la viuda del presidente Roosevelt, Eleanor. Se encontraban en Nueva York y en Ginebra y yo me encargaba de prepararles los papeles y asegurarme de que hacían el trabajo.

¿Vigilándoles? Como secretario. Yo era un joven diplomático, carecía de autoridad, pero me sobraba curiosidad. Tenía motivaciones muy profundas para que el trabajo saliera de la mejor manera. El hecho de haber acabado la guerra en tres campos de concentración era suficiente impulso para mí.

Estuvo usted en Buchenwald. Allí conocí a Jorge Semprún. Un gran amigo; guardo una anécdota de él importante. Cuando llegó al campo y le preguntaron a qué se dedicaba respondió: estudiante. "Si pongo eso", dijo el que tomaba el registro, "le matarán inmediatamente, voy a dejar las primeras letras y lo voy a transformar en estucador. Así, por lo menos, le asignarán trabajos manuales". Era lo único que buscaban. Pero volvamos a ¡Indignaos!

Me gustaría que contara el significado que para usted lleva ese término. Es una palabra que utiliza con un sentido positivo. Apela a aquellos que la sienten para contagiársela a quienes no la llevan dentro. Contiene su lado positivo, pero también sus partes oscuras.

Y si es así, ¿cómo cree que se puede contagiar su parte de luz? Le confieso que el título fue propuesto por la editora, Sylvie Crossman. Pero lo acepté inmediatamente.

¿Con su llamada imperativa? Sí, señor, y con su signo de exclamación. Es fuerte. Mucho más de lo que yo hubiera propuesto, porque no me considero un revolucionario, soy diplomático que cree en la no violencia. Busco poner a la gente de acuerdo, más que enfrentarla.

Eso es bastante radical para los tiempos que corren. Estamos rodeados de políticos que nos llevan a la guerra. ¿El diálogo es hoy revolucionario? Puede ser. Pero si nos atenemos a los significados, le diré que lo que más me convence de la palabra es que contiene otro término fundamental: dignidad. Por eso lo acepté. Cuando la dignidad se pone en cuestión es necesario reaccionar. La indignación viene del pisoteo de la dignidad que cada ser humano lleva consigo. Por eso siempre me remito a la Declaración de Derechos Humanos. En su artículo primero ya dice: Todos los seres humanos somos iguales en dignidad y en derechos.

Y ahora viene a apelar al compromiso. El nuevo libro se titula precisamente Comprometeos. Es el paso moral siguiente a la indignación. Nadie puede molestarse por que el prójimo se comprometa con algo. Puede molestarse si se rebela, si se remonta impulsivamente, eso es hacer el caldo a otros como Marine Le Pen [líder de la ultraderecha en Francia]. Lo que ella proclama es eso, pero yo apoyo la indignación en el sentido contrario. La que me sacude cuando los derechos básicos son atacados, perseguidos. Enfadarse y ya, para mí no tiene sentido. La ira no conduce a ninguna parte, debe ir seguida de compromiso.

Difícil. No propongo a la gente que se enfade sin más, sino que se pregunte cuáles son las razones que ponen en peligro esos valores fundamentales que hemos heredado y que ahora tiemblan. No es fácil, no.

Sobre todo, aclararnos en toda esta confusión. Un caldo de cultivo para diferentes indignaciones, para diferentes intereses. Al leer el libro quedan claros los valores, los peligros y los retos.

Son tres o cuatro. Empezando por los de la Revolución Francesa. Por algunos de ellos. Otros, insisto, la Declaración Universal de Derechos Humanos.

¿Los ve en la picota? Bastante, pero no olvidemos que en el tiempo en que fue redactada aquella declaración, el mundo todavía estaba amenazado por algunos totalitarismos. El fascismo había sido derrotado. Pero el comunismo pervivía. Luego se ha ido imponiendo otra ideología perversa basada en el mercado y nada más que en el mercado. Hoy, usted y yo, sufrimos sus consecuencias, las de un grupo privilegiado que busca sus beneficios a nuestras expensas. ¿Qué proponer como alternativa? La democracia real.

Bonita palabra. Confiar en depositar cada vez más poder en la gente común para que sus necesidades sean la prioridad a resolver por los Gobiernos, el primer deber. Los Gobiernos deben asegurar libertad, hermandad, igualdad y justicia social.

Y progreso. Otro concepto en crisis. Lo confundimos con progreso técnico, científico, pero no con bienestar. Absolutamente. Es algo muy sencillo, progresar significa tender a la mejoría. La palabra mejor es importante. ¿Cuál es la diferencia entre el bien y el mal? ¿Es mejor ganar dinero a cualquier precio o preservar la decencia y el honor? ¿Es mejor entrar en la espiral de un progreso científico a toda costa o guardarnos de descubrimientos que superen la dignidad del ser humano? Progreso no significa acelerarse, sino ser consciente de cuáles son los valores que ayudan a crear un mundo mejor y cuáles no. La democracia es exigente en sí. Demanda más a los políticos y logra tejer un sistema del que es difícil salir bien parado si actúas mal.

Volvamos a los claroscuros de la palabra indignación. Hubo un tiempo en que aquel sentimiento le llevó a un camino violento. ¿Qué sentía dentro, en sus tripas? No soy un tipo violento. Puedo entender qué lleva a la gente a la violencia. Pero a mí no me convence. Mi primera indignación tenía un nombre: los nazis. El fascismo de Franco y Mussolini, incluso Stalin, de quien ya tuvimos noticias de sus purgas en 1935. El totalitarismo. Además, teníamos el ejemplo de los republicanos españoles como contraposición a los comunistas más cerrados. Yo siempre me consideré demócrata, y cuando este sistema estaba en peligro me indignaba. Pero incluso dudé. Los estragos de la I Guerra Mundial nos hacían pensar a muchos que había que agotar todas las vías antes de entrar en otro conflicto. Negociar y dar la palabra a la gente de los diferentes países. Solo cuando vi claro que esta gente lo único que quería hacer era conquistar Europa con métodos violentos me convencí de que había que enfrentarse a ellos por las armas.

Pero esa indignación, físicamente, ¿era equiparable a la que siente ahora? No, entonces era joven y con ganas de luchar. Cuando llegó la hora, cuando vi que era necesario levantarme y enfrentarme a ellos, me invadió un deseo de lucha. Me enrolé en el ejército sin dudarlo. Y cuando se firmó el armisticio con los alemanes me volví a indignar. Sentí que era una deshonra y una deslealtad con los británicos. Me opuse; era inaceptable. ¿Qué podía hacer? ¿Luchar en Francia? ¿Unirme fuera a De Gaulle? Eso es lo que hice.

Y tuvo una relación intensa con él, han contado algunos. No. Yo era muy joven y un oficial de bajo rango. Pero tuve el privilegio al llegar a Londres de cenar con él en la intimidad. Me convocó. Quería saber qué pensaba de él un joven estudiante de la Escuela Normal Superior, muy prestigiosa entonces en Francia. Deseaba conocer lo que opinábamos de él los estudiantes de ese nivel.

Por lo menos, y gracias a la fortuna, también De Gaulle se indignó. Cosa que no ocurría entre una enorme parte de los franceses. Aquello fue tan extraño en un país que había levantado las banderas de la democracia en todo el mundo... ¿Qué ocurrió? Francia había sido tremendamente golpeada. Lo que había ocurrido entre mayo y junio de 1940 es algo muy raro en la historia. No solo fue una victoria militar. Fue una enorme derrota, humillante, en la que la gente tuvo que huir de sus casas hacia lugares insospechados. A muchos, el armisticio les supuso un respiro. La paz era tentadora para mucha gente, pero aquello no era paz.

¿Era una humillación? Además, había otros factores. La amenaza de los soviéticos aterrorizaba a la burguesía, mientras que los fascismos no tanto, creían que no atentaban tanto a su modo de vida. Además, los nazis garantizaban el freno a los comunistas más que nadie.

Luego, en su caso particular vino otra nueva indignación. ¡La Gestapo!

Ahí sufrió en sus propias carnes el peligro. ¿Cómo fue su detención? En el momento en que me arrestaron estaba seguro de que no sobreviviría. Me detuvieron bajo cargos de delitos criminales graves. Sabían que había llegado de Londres para reforzar la Resistencia.

Incluso, que usted era judío. Eso no lo sabían. Me conocían poco. Si se hubiesen enterado de que mi padre era un judío emigrado de Berlín, me habrían tratado de otra forma. Pero lo hicieron como a un espía de nivel. Y, ¿qué haces con un espía? Obviamente, sacarle información.

¿Bajo torturas? Efectivamente. En la bañera, ahogándome. Pero no consiguieron que delatara a nadie, y eso fue una satisfacción para mí. Después me condenaron a muerte. Afortunadamente, la justicia era lenta y me internaron en Buchenwald y la orden de ahorcarme llegó muy tarde. Ya entonces pude cambiar mi identidad con alguien que había fallecido sin que se dieran cuenta. Era una persona que no estaba condenada a muerte. Así me libré.

Me imagino que en aquellos días la indignación se había convertido en terror. No exactamente. Se transformó en algo que solo un joven patriota puede sentir. Ese convencimiento henchido en el que crees que has cumplido con tu deber y te has sacrificado por tu país.

¡Un héroe! [Risas] Le cuento algo Cuando me detuvieron cogí un trozo de papel y escribí un soneto de Shakespeare que sabía de memoria: "No longer morn for me when I am dead...". Como diciendo, si me fusilan mañana, que mi esposa sepa que no quiero luto, sino que sea feliz. Ridículo, esto siempre resulta ridículo.

Es una manera noble de enfrentarse a la muerte. La vida está llena de ironías.
Si le hubieran dicho entonces que cumpliría 93 años... ¡Y tanto! Mi siguiente indignación llegó en los campos de concentración. Yo sabía que la guerra era violenta. Pero lo que nunca pude sospechar es el grado de brutalidad al que podíamos llegar los seres humanos.

Pasó de sentirse un héroe a otro estado: el de víctima. No solo una víctima individual, sino parte de una colectividad. Porque yo, personalmente, tuve suerte. Me salvé entre un grupo de 36 condenados a muerte. Yo y dos personas más. Me enviaron a otro campo y me escapé. Cuando lo logré me volvieron a capturar y me internaron en Dora. Allí se debatían entre colgarme o darme 25 latigazos. Pero me libré de ambas cosas porque le dije al oficial que me interrogaba: Estoy seguro de que usted, que es valiente, como yo, habría intentado escapar. Lo hice, pero fallé, con lo que no les puedo causar daño. Todo eso se lo expliqué en alemán, que es mi idioma materno. Si no hubiese hablado su lengua, seguramente nadie me habría librado del castigo.

En su vida han existido también momentos de alegría. Como el de la Declaración de Derechos. Poner de acuerdo en una posición común a países tan distintos como Francia, EE UU, la URSS o Arabia Saudí sería un esfuerzo titánico. ¿Costó? Lo atestigüé de primera mano. Si no se hubiera conseguido en 1948, las tensiones posteriores lo habrían hecho imposible después. En ese momento histórico, los soviéticos se abstuvieron, Arabia, también, y así permitieron su aprobación. Fue el momento. Un texto ambicioso para la historia de la humanidad.

Supongo que en aquellos momentos su indignación dio paso a la esperanza. Pues sí. Ese momento fue de auténtica, de verdadera y gran esperanza en el entendimiento de las naciones tras la guerra. Estábamos convencidos de que aquel texto encarrilaría a buena parte del mundo en el camino de la libertad y la justicia. Pero aquello duró poco, porque después llegó otro sentimiento: la ansiedad que producía el peligro de una tercera guerra, que no sería como las otras, sino que traería consigo la catástrofe nuclear. El mundo había conocido dos horrores: el Holocausto e Hiroshima, y eso nos producía un enorme temor. Era un mundo complicado e inseguro. Sentíamos que si la ONU no conseguía éxitos en sus programas de desarrollo y respeto a los derechos humanos, todo se iría derrumbando.

¿Le queda algo del optimismo de entonces? Todavía creo que existen pequeños y lentos pasos adelante y que continuarán, con retrocesos y avances. La última década del siglo XX fue muy prometedora. Después de la caída del Muro estábamos convencidos de habernos adentrado en una nueva era. En 2000 se llegó a un acuerdo bajo la presidencia de Kofi Annan de los objetivos del milenio. Pero cayeron las Torres Gemelas... Y empezamos el siglo XXI muy mal.

Con la amenaza terrorista, pero también con la ruptura de las reglas internacionales por parte de Bush, Blair y Aznar. ¿Qué supuso aquello para el orden mundial? Aquello es parte de mi indignación presente. El hecho de que los ciudadanos sean conscientes de que estábamos dando grandes pasos adelante y esos líderes los frenaran en seco y nos colocaran en la dirección equivocada.

¿No fue aquello una especie de paripé de cruzados por la democracia que en realidad representaban una especie de fascismo travestido? Desde luego. Una de las reglas básicas a respetar en ese nuevo orden mundial que empezaba a configurarse a finales del siglo XX era el derecho internacional. Romperlo era adentrarse en lo peor.

Contra gobernantes de ignorancia supina, ¿qué se puede hacer? ¡Indignarse! Necesitamos otros gobernantes, y también, compromiso de la sociedad para aupar a los más decentes. No podemos caer en esa desazón de la juventud, ni en pensar que todos los políticos son iguales, porque no es cierto. La rabia y la indiferencia no nos llevan a ninguna parte.

En su vida ha existido otra indignación persistente: Palestina. De nuevo, la ruptura de las reglas internacionales, la brutalidad impuesta, la situación en Gaza y Cisjordania aúnan todo lo que más he detestado en mi vida. Parecida a la que sentí en los campos de concentración. Siento un gran aprecio por el Estado de Israel, pero cuando su Gobierno se comporta de una manera similar a los peores Gobiernos que yo he tenido que soportar en mi vida, no puedo admitirlo y me rebelo y denuncio esos abusos cometidos por ellos con el permiso de Estados Unidos, la Unión Europea y algunas empresas involucradas en la situación. Es lo mismo que siento respecto a la incapacidad para ponerse de acuerdo sobre el cambio climático. Espero que ahora Obama, tras haber acabado con Bin Laden y ganado popularidad, pueda avanzar en ciertas cosas.

Por cierto, ¿qué opina de ese episodio? Bueno, yo me alegro de que se haya acabado con él. Era un asesino capaz de cosas espantosas. Sobre todo, de haberle dado al islam una imagen siniestra en el mundo. Y no es así. La gente de los países árabes se ha encargado en pocos meses de hacernos saber que aspiran al sentido común con sus revueltas. Pero, volviendo a Bin Laden, hubiera sido deseable otro método: la detención, un juicio.

¿Dónde queda Europa con esas amenazas de políticas antiinmigración? Justo ese es el objetivo de mi libro. Concienciar a la gente para afrontar los nuevos retos con valores dignos. No son nuestras ínfimas naciones las que están en peligro, es nuestro mundo, cada vez más amenazado por corrientes como los neocons o quienes no se mentalizan en el trato al medio ambiente. La fe en el compromiso es clave. No estamos condenados al fracaso, pero para evitarlo hay que dar un paso adelante.

Autoridad moral

Toda una vida de lucha por el progreso, de resistencia frente a los totalitarismos, de autoridad moral, y este francés nacido en Alemania en 1917 se ha ganado el éxito y el aplauso mundial con un pequeño libro panfleto, '¡Indignaos!' (Editorial Destino, con prólogo en español de José Luis Sampedro), que ha sacudido el descontento en los países desarrollados frente a un sistema económico-político lleno de goteras.

Este judío, muy crítico con la política de Israel hacia Palestina, participó en la resistencia francesa contra los nazis, estuvo preso en varios campos de concentración y participó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

'Democracia Real Ya' prepara una manifestación masiva a nivel europeo y mundial el 15-O

MADRID.- La plataforma ciudadana 'Democracia Real Ya' ha anunciado este lunes que está preparando una manifestación a nivel nacional, europeo y global para el próximo 15 de octubre, que tendrá como objetivo seguir denunciando, como ya hicieran en las movilizaciones que tuvieron lugar el pasado 15 de mayo, que los ciudadanos no son "mercancía en manos de políticos y banqueros".

   Así lo ha asegurado en una rueda de prensa convocada por dicha plataforma uno de sus portavoces, Chema Ruíz, en la que también han querido mostrar su apoyo a las miles de personas que continúan acampadas en diferentes ciudades de España y de Europa, si bien han insistido en el hecho de que 'Democracia Real Ya' no es quien lidera ni quien toma las decisiones concernientes al movimiento 'Toma la Plaza', que engloba tanto a la acampada de la Puerta del Sol como al resto.
   En este sentido, han asegurado que desde la plataforma se va a seguir fomentando el debate y el diálogo con las más de 400 asociaciones que se han adherido a Democracia Real Ya, y que, de forma concreta, ya preparan una manifestación "a nivel internacional" que previsiblemente tendrá lugar el próximo 15 de octubre.
   "Dado que los políticos se miran el ombligo y gobiernan para unos pocos, un grupo de ciudadanos que por fortuna es cada vez mas amplio ha decidido asumir las riendas de su destino, y no parar hasta conseguir que seamos la mayoría los que tomemos las decisiones que afecten a esa mayoría" ha apuntado Ruíz.
   Hasta que ese momento llegue, tienen pensado, tal y como ha confirmado otra de sus portavoces, Aída Sánchez, "seguir trabajando" y sumarse a otras movilizaciones que desde otras asociaciones y movimientos se están promoviendo para seguir denunciando "el sistema actual" que, tal y como dice uno de sus lemas, no les representa. "Seguimos trabajando codo con codo con diferentes movimientos sociales", ha señalado.
   De esta forma, 'Democracia Real Ya' ha decidido sumarse a la acción promovida por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, una de las que integran el movimiento, para el próximo 15 de junio con la que pretenden frenar el desahucio de una familia residente en el barrio madrileño de Tetuán y mostrar así su indignación con esta práctica y su apuesta por "el derecho de todos a una vivienda digna".
   "Es una familia a la que los políticos expulsan no solo de su vivienda sino también de la sociedad porque no tienen recursos y no pueden hacer frente a la hipoteca" ha aclarado Ruíz, para hacer un llamamiento a que "todo el que pueda" acuda el próximo 15 de junio a las 09.30 horas a la parada de metro de Tetuán para impedir el desahucio.
   Asimismo, la plataforma ha mostrado su apoyo y su respaldo a las marchas convocadas por las acampadas de numerosas ciudades españolas para el próximo 19 de junio; decisión tomada, tal y como han informado, por la Asamblea Estatal celebrada por 'Democracia Real Ya' el pasado sábado en la que participaron los distintos grupos locales que conforman la plataforma.
   En este sentido, otra de sus portavoces, Olga Mikhaylova, ha asegurado que "el trabajo colectivo" de las asambleas, tanto las organizadas por la plataforma como las que vienen celebrándose desde el pasado 15 de mayo en las diferentes acampadas, "es fundamental" y "esta permitiendo un crecimiento de inteligencia colectiva cada vez mas grande".
   Respecto a la continuidad de la acampada de la Puerta del Sol, la primera en constituirse tras las manifestaciones del 15 de mayo convocadas precisamente por 'Democracia Real Ya', otro de los portavoces, Iván Olmedo, ha insistido en que "es competencia de las acampadas decidir sobre su permanencia".
"No hace falta que nadie dirija esto para que salga bien", ha añadido.
   Desde 'Democracia Real Ya' han querido mostrar a su vez su "solidaridad" con los acampados de la plaza de la Bastilla de París que, tal y como han denunciado, fueron víctimas de "la brutalidad policial" la pasada noche. "Estamos en contra de la violencia policial; este es uno movimiento pacífico", han reiterado.
   "Queremos mandar un mensaje a nuestros compañeros de París que han sido reprimidos con gases lacrimógenos. Nos parece totalmente condenable la actuación de la policía francesa" han añadido, para leer a continuación este mismo mensaje tanto en inglés como en francés.
   Asimismo, 'Democracia Real Ya' ha condenado la actuación policial llevada a cabo por las fuerzas de seguridad el pasado viernes contra los acampados en la Plaza de Cataluña, de Barcelona, y han exigido la dimisión del conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig.

domingo, 29 de mayo de 2011

#Wikiacampadas / Manuel Castells *

Y de repente el sonsonete hueco del discurso electorero se hizo insoportable. En medio de una crisis incesante, 21% de desempleo, 45% de paro juvenil, recortes de vida para muchos y pingües ganancias para pocos, impunidad para corruptos y privilegios para una casta de intocables políticos, el hartazgo se hizo red. Poco antes de las elecciones municipales del 22 de mayo, nolesvotes.org tenía 700.000 usuarios únicos, 154 blogs y 641.000 resultados en Google. En ese ambiente de indignación, germinaron las ideas del manifiesto de Democracia Real Ya, colectivo creado en Madrid que terminaba diciendo: "Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del ser humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado… Por todo lo anterior, estoy indignado. Creo que puedo cambiarlo. Creo que puedo ayudar. Sé que unidos podemos. Sal con nosotros. Es tu derecho". 

Y el 15-M salieron, decenas de miles, en Madrid, Barcelona y muchas otras ciudades. Al final, en Madrid unos pocos pernoctaron en la Puerta del Sol, y al día siguiente otros en Barcelona en la plaza Catalunya. Hablaron, soñaron y tuitearon a sus redes de amigos. El día después eran cientos. Luego, miles. Cuando los desalojaron de la Puerta del Sol, vinieron muchos miles más. Tantos, que cuando la Junta Electoral y el Constitucional declararon ilegal "pedir un voto responsable" en la jornada de reflexión, la policía no pudo imponerlo. La dimensión de la acampada lo hacía inviable. Las acampadas proliferaron en España y se extendieron por el mundo. El día 25, tras las elecciones acogidas con total indiferencia en esta sociedad emergente, pese a que señalaban el desplome total del socialismo realmente inexistente, se registraban 706 acampadas en el mapa global (www.thetechnoant.info/campmap/). 

Siguen surgiendo conforme cada localidad añade su protesta reivindicativa, pacífica y festiva a las redes tejidas entre ciberespacio y espacio urbano. La atención mediática contribuyó a difundir un fenómeno que todos se apresuraban a etiquetar, pero que pocos políticos se atrevieron a condenar de momento. No se trataba de los sospechosos habituales. Proceden de todos los rincones, condiciones, edades y grupos sociales. Miren las fotos en Flickr (acampadabcn.org) para percibir la diversidad. Pronto quedó claro que no había líderes. Si alguno pretendía serlo, la acampada lo desautorizaba. Aun agradeciendo los servicios prestados a Democracia Real Ya, los acampados no aceptaron ninguna sigla. En Acampadabcn se decidió que cada persona se representaba a sí misma. 

Todo se elabora en comisiones temáticas y funcionales, múltiples y autónomas, coordinadadas por una intercomisión cuyos miembros rotan. Las decisiones que afectan a todos pasan por la asamblea al final del día. Se debaten propuestas, organización y táctica. Debates intensos, conducidos con respeto, creando una nueva dinámica gestual para evitar ruidosas expresiones (revolotean en el aire primaveral las manos que dan el sí o se cruzan hoscos los antebrazos de los noes). Prohibidas palabrotas. Desaconsejado botellón, rechazada droga, aunque el tema está en debate. Se controla todo atisbo de violencia: en los primeros diez días no hubo un solo incidente. La no violencia es un principio básico asumido por todos, puesto a prueba cuando las autoridades se han cansado de ser desautorizadas y la han emprendido a porrazos.

Pasadas las elecciones, el movimiento se extendió, concretó y profundizó. Se extendió por otras ciudades y se descentralizó por barrios, esbozando miniacampadas que podrían llegar hasta centros de trabajo. Se concretó con objetivos propios de cada acampada, y se decidió su organización y sus reivindicaciones. Y se profundizó mediante una atención creciente a la elaboración programática de objetivos. 

El día 25 AcampadaSol difundió un documento sintetizando las propuestas aprobadas por las asambleas desde el día 16: eliminar los privilegios de la clase política; medidas contra el desempleo, incluyendo el reparto de trabajo y el rechazo al aumento de la edad de jubilación mientras haya desempleo juvenil; derecho a la vivienda, incluida la expropiación del stock de viviendas no vendidas para ponerlas en el mercado en régimen de alquiler protegido; servicios públicos de calidad, incluyendo supresión de gastos inútiles de Administración, contratar personal sanitario y enseñante, transporte público barato y ecológico; control de los bancos, constituyendo una banca pública bajo control social con aquellas entidades que quiebren, devolviendo a las arcas públicas del capital público aportado; reforma fiscal, aumentando los impuestos a las grandes fortunas y los bancos, y controlando el fraude fiscal y los movimientos de capitales; libertades ciudadanas y democracia participativa, empezando por la abolición de la ley Sinde, que coarta la libertad en internet; proteger la libertad de información y el periodismo de investigación; modificar la ley electoral para acabar con la discriminación política, incluyendo la representación del voto nulo y blanco; independencia judicial; democracia interna en los partidos políticos; reducir el gasto militar.

Cito estos objetivos para resaltar lo concretos y razonables que son, aunque la utopía inmediata de una vida distinta también está presente en muchas mentes. Pero lo transformador es el proceso más que el producto. Es la elaboración en comisiones abiertas y la decisión en asamblea. Es una nueva política para salir de la crisis hacia un nuevo modo de vida construido colectivamente. Un proceso lento porque, como dice un cartel en Barcelona, "vamos lento porque vamos lejos". 

De modo que aquellos que minimizan las wikiacampadas no entienden todavía su profundidad. Podrán salir de las plazas, para volver periódicamente a ellas, pero no saldrán de las redes sociales y de las mentes de quienes participan. Ya no están solas y han perdido el miedo. Porque descubrieron nuevas formas de organización, participación y movilización que desbordan los cauces tradicionales de los que una parte de la sociedad, y la mayoría de los jóvenes, desconfían. Partidos e instituciones tendrán que aprender a vivir con esta sociedad civil emergente. Si no, se irán vaciando desde dentro conforme los ciudadanos vayan pasando de las wikiacampadas a esa democracia en red aún por descubrir en una práctica colectiva que tiene su raíz en cada persona.


viernes, 27 de mayo de 2011

El movimiento Democracia Real Ya y la hipocresía del establishment mediático / Vicenç Navarro *

En España hemos estado viendo estos últimos años una serie de políticas públicas que han dañado y continúan dañando muy seriamente el bienestar y la calidad de vida de las clases populares. Entre tales políticas destacan las que consisten en:

1.    Facilitar que el empresariado pueda despedir al trabajador más fácilmente y pueda disminuir el salario de sus trabajadores (a fin, se nos dice, de hacer una España más competitiva), reduciendo además sus derechos laborales. La última voz en repetir este argumento ha sido la Canciller alemana, Angela Merkel, que ha indicado que el problema de España (junto con Grecia, Portugal e Irlanda) es que los  trabajadores españoles (que supuestamente tienen excesivos derechos sociales y laborales) no trabajan y no producen suficientemente. Tal dirigente, no sólo de Alemania, sino también de la Unión Europea, ha dicho en voz alta lo que los establishments financiero (la banca), empresarial (la Gran Patronal), mediático (los grandes medios de información del país) y político (los equipos económicos de los dos grandes partidos mayoritarios, así como de los partidos de la derechas nacionalistas) españoles han estado pensando, diciendo, proponiendo y llevando a cabo a través de las políticas públicas aprobadas en las Cortes o en los Parlamentos Autónomos.

2.    Reducir los salarios de los empleados públicos, congelar las pensiones y disminuir el gasto y empleo públicos, bajo el argumento de que el estado del bienestar es demasiado grande e hipertrofiado, dificultando la recuperación económica del país.

3.    Reducir los servicios públicos, con descenso del gasto público por habitante en sanidad y educación y en otros servicios, con el consiguiente impacto negativo sobre la calidad de tales servicios, utilizados en su mayoría, por las clases populares.

4.    Privatizar tales servicios públicos, con el resultado de que la polarización existente (por clase social) de la sanidad y de la educación se esté acentuando. La distancia del tiempo de visita al médico entre la sanidad privada (que atiende a las rentas superiores) y la pública (que atiende a las clases populares) se está alargando en perjuicio para las últimas.

5.    Disminuir los derechos laborales y sociales, tales como el retraso de la edad de jubilación de 65 a 67 años, con además una considerable reducción de las ayudas a personas con dependencia, a las familias, a los jóvenes (en ayudas para el alquiler) y a otros grupos vulnerables.

6.    Mantener una legislación y normativa que penaliza a las personas desahuciadas, por no poder pagar las hipotecas (cuyo número está creciendo exponencialmente) a fin de proteger a la banca y a otras instituciones del capital financiero.

7.    Reducir el crédito disponible a la ciudadanía y a los pequeños empresarios, bajo el argumento de que hay que reducir el endeudamiento privado, política apoyada por el Estado, como afirma en las últimas declaraciones el Secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, en las que subraya la necesidad de reducir el crédito.

8.    Promover políticas fiscales regresivas que benefician a las rentas superiores y a las rentas de capital, incrementando las desigualdades de renta en España (una de las más altas de la Unión Europea de los quince)

9.    Continuar los recortes tributarios de las rentas superiores y de las rentas del capital que se han realizado en los últimos quince años, proponiéndose ahora en algunos gobiernos autonómicos, como el catalán, una mayor rebaja de tales tributos.

Tales políticas se han realizado con el supuesto de que eran necesarias para ayudar a España a salir de la recesión. Lo que mi amigo Noam Chomsky definiría como el aparato ideológico del establishment, es decir, los medios radiofónicos y televisivos de mayor difusión (tanto públicos, como privados) se han movilizado para promover esta visión de que NO HABÍA OTRA ALTERNATIVA: LA PRESIÓN DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EXIGÍA TALES SACRIFICIOS. El objetivo de esta campaña mediática era el externalizar la causa de que tales políticas se estuvieran imponiendo a la población. Era una causa externa al país. En estas condiciones el debate político se centró en como realizar los recortes de derechos sociales y laborales, sin casi nunca incluir en el debate alternativas que expandieran en lugar de reducir tales derechos. Alternativas existentes, para cada una de estas políticas fueron marginadas o excluidas de los forums, donde la sabiduría convencional se genera, reproduce y distribuye.

El porqué de las movilizaciones populares
 
Las políticas descritas en los párrafos anteriores, sin embargo, han llevado a grandes sectores de las clases populares a la calle. Las manifestaciones (ahora casi en bases diarias) que están ocurriendo a lo largo del territorio español (no siempre reportadas en los medios) por trabajadores y usuarios de los servicios públicos, así como de trabajadores de empresas con beneficios que están reduciendo plantilla, son una protesta a aquellas políticas. Y las manifestaciones del movimiento Democracia Real YA son también un movimiento de denuncia por la falta de presencia de la voluntad popular en las instituciones representativas de la democracia española. Ninguna de las políticas enunciadas anteriormente goza del apoyo popular y sin embargo están siendo impuestas a la ciudadanía.

Es sorprendente que tales hechos hayan sorprendido al establishment mediático. Es indicador de la enorme distancia entre éste y la calle y su desconocimiento de lo que ocurre en nuestro país, el que aparezcan en tales medios artículos como el de Fernando Onega que firma “El espectador” (hay que suponer de la sociedad), que se muestra sorprendido por la aparición de tal movimiento (“Primer intento de agrupar la indignación”. La Vanguardia. 19.05.11) o el artículo en el mismo rotativo de Quim Monzó “He aquí la Spanish Revolution”, 20.05.11, que alcanza un nivel de ignorancia insultante cuando presenta el surgimiento de tal movimiento como un acto de inmadurez de la juventud española. Otros articulistas han sido más favorables, aún conservando un tono condescendiente, que es además de irritante, ofensivo.

Pero lo que es muy importante y no se menciona es que tales manifestaciones, que son muy populares y gozan de gran simpatía entre las clases populares, muestran el fracaso del mensaje promovido por los medios de que NO HAY OTRA ALTERNATIVA. Tal mensaje está colapsando, mostrando su carácter meramente ideológico al servicio de los intereses del capital financiero y de la gran patronal tal como varios de nosotros hemos estado documentando. (Ver las publicaciones de Attac y las existentes en Ganas de Escribir y en www.vnavarro.org). Toda la evidencia científica mostraba y predecía que tales políticas empeorarían la situación económica y social del país dificultando su recuperación. Los datos están ahí para verlos. Basta mirar la situación de los países a los cuales se les han impuesto tales políticas, como Grecia, Portugal, Irlanda y España y ver que ninguno de ellos está saliendo de la crisis. Las políticas de austeridad que se han seguido han sido un fracaso rotundo. La evidencia es clara, que cada una de las medidas citadas al principio del artículo, estaban basadas en supuestos erróneos. Y así lo documentamos, siendo ignorados o marginados en los mayores medios del establishment. Es un signo más de incoherencia o hipocresía que muchas tertulias de ayer y hoy en los mayores medios radiofónicos y televisivos se expresara gran simpatía por la movilización Democracia Real Ya (como El Matí de Catalunya Radio o Els matins de TV3), cuando tales forums han marginado completamente en sus tertulias a las voces que criticaban las políticas que han conducido a la situación actual.

Era pues predecible y aconsejable que la población se movilizara (ver “Rebélate”. Público, 14.05.11, en www.vnavarro.org,) para protestar por la situación actual, exigiendo alternativas factibles y reales que afectarían negativamente a los intereses del capital financiero y de la gran patronal (cuyos beneficios han continuado creciendo durante la crisis) y positivamente a los de las clases populares, medidas que serían altamente populares, como la nacionalización del crédito  (con establecimiento de bancas públicas), la expansión del gasto y empleo público, así como el crecimiento de los salarios como medida de estímulo de la economía. (Ver el artículo de Juan Torres y Carlos Martínez, “15-M: Hartos de estafas y de impunidad”).

Tales protestas democráticas son también una denuncia no sólo de las instituciones políticas, sino mediáticas, hecho completamente ignorado y desconocido por muchos editoriales (editorial de La Vanguardia (19.05.11) firmado por José Antich) que no comprenden tales manifestaciones, interesados sólo en su impacto, queriendo mostrar comprensión sin entender ni el mensaje ni lo que motiva a tales movimientos. Por lo demás hay que ver el movimiento español pro-democracia no sólo  como parte del movimiento internacional de exigencia democrática, sino también como la exigencia de que se inicie una segunda transición en España que rompa con los enormes obstáculos institucionales que ahogan, frenan e imposibilitan el pleno desarrollo de la democracia española, en la que sea la ciudadanía y no los poderes fácticos los que gobiernan el país.

(*) Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 35 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España

Movimiento 15M: atención a la guerra psicológica o guerra de cuarta generación / Manuel Freytas (*)

Nuestro estilo contrainformativo siempre consistió en proyectar y analizar los acontecimientos con un objetivo de anticipación del desenlace, y sin que el árbol de la “coyuntura periodística” (manipuladora del sistema) tape el bosque de la comprensión general.

En plena euforia mediática de la “revolución democrática” de los “indignados” en España señalamos que se trataba (y más allá de la “buena intención” de sus participantes) de una nueva estrategia de movilización masiva basamentada en un trípode convergente: Internet, teléfonos celulares, y grandes cadenas mediáticas.

Desde su instrumentación casi orgánica en Medio Oriente y en África con las “revueltas populares” promovidas por la CIA y los servicios aliados, la Internet y los celulares fueron la clave de estas movilizaciones cuyos contenidos y objetivos sólo los conocen sus instigadores ocultos.

O sea los beneficiarios encubiertos (servicios de inteligencia y grupos del poder) que los inducen a través de operaciones de acción psicológica principalmente en las “redes sociales”. Y que luego se convierten en masivos a través de la difusión a escala global (en vivo y en directo) por las grandes cadenas mediáticas internacionales.

B) La variante española

En realidad, la llamada “protesta de los indignados” en España, es una actualización aggiornada y en otra etapa (con un salto cualitativo informático) del “Cacerolazo” que derrocó institucionalmente a Fernando de la Rúa en Argentina, y de la “rebelión de los jóvenes” que derrocó de la misma manera a Lucio Gutiérrez en Ecuador.

A casi una semana de su nacimiento en España, ya tenemos la primera señal (y el primer emergente) de un beneficiario claro de la “protesta de los indignados” en las urnas: El Partido Popular arrasó electoralmente el domingo al PSOE, el partido en el gobierno.

Así como el “Cacerolazo” argentino (un sucedáneo histórico de las “revueltas populares”) derrocó sin un golpe de Estado militar al Partido Radical (gobierno de De La Rúa) e instaló al Partido Justicialista (gobierno de Duhalde) la “protesta de los indignados” ya arrojó claramente un beneficiario en el campo político.

Históricamente, estas herramientas de movilización y protestas masivas como la que está funcionando en España, atacan al “empleado” (los políticos) y preservan los intereses del “patrón” (El Estado y el sistema capitalista), sirviendo funcionalmente como instrumentos de “golpes democráticos-institucionales” por medio de los cuales los grupos del poder local definen su interna electoral y su guerra por el control del gobierno y del mercado interno.
D) El nuevo teatro de operaciones
Desde el principio situamos claramente la operatoria funcional del nuevo sistema de movilización masiva con las “protestas populares” y señalamos que responde a objetivos diferenciales según el país y el contexto social y político en que se la aplique.

Precisamos que se trata de una nueva herramienta de movilización y manipulación de conducta social (orientado y detonado desde técnicas de guerra psicológica) presentado como si fuera un “fenómeno espontáneo” de las redes sociales en Internet.


No se trata de “ingenuidad militante” ni de nueva “conciencia social” despertada súbitamente, sino de un proceso inducido, estudiado y aplicado desde estrategias y técnicas pulidas de la comunicación de masas que la CIA y los servicios de inteligencia vienen desarrollando en el teatro de operaciones de Internet y de las telecomunicaciones por celular.


Más allá de que se la llame “revuelta popular”, “revolución naranja”, “primavera árabe” o “protesta de los indignados” su estrategia, tácticas operativas y estructuras funcionales no varían en su implementación, salvo el objetivo político que se amolda de acuerdo a las necesidades locales del país y la sociedad en que se lo aplique.

E) La Guerra de Cuarta Generación 

Para entender lo que hay detrás (el objetivo y los actores encubiertos) de lo que hoy se presenta mediaticamente como “rebeliones espontáneas” contra diferentes gobiernos, hay que bucear en los manuales de la Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare – 4GW), que es el término usado por los analistas y estrategas militares para describir la última fase de la guerra imperialista de conquista, en la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas.

El desarrollo tecnológico, telecomunicacional e informático, la globalización del mensaje y las capacidades para influir en la opinión pública mundial, convirtieron a la Guerra Psicológica mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW, a la que se agregó una variante “contraterrorista” tras los ataques explosivos del 11-S en EEUU.


En su desarrollo mediático-social, los jefes y oficiales de Estado Mayor de la Guerra Psicológica (4GW) ya no son militares, sino expertos comunicacionales en insurgencia y contrainsurgencia, que sustituyen a las operaciones militares por las operaciones psicológicas (OPS).


Ya no desarrollan sus planificaciones en unidades o cuarteles militares, sino en laboratorios encubiertos de comunicación estratégica donde se diseñan los planes de Guerra Psicológica a ser ejecutados a través de las grandes estructuras mediáticas de comunicación masiva y las redes de la Internet infiltradas por la inteligencia de la OPS.


De esta manera, y a partir del 11-S norteamericano, la “Guerra Psicológica” (con su variante la “Guerra Contraterrorista”) conforma la columna vertebral estratégica de la Guerra de Cuarta Generación, con los Medios de Comunicación y las redes informáticas convertidos en los nuevos ejércitos de conquista.


La Guerra Psicológica conforma el estadio superior de las estrategias de control y dominación ensayadas hasta ahora por los sistemas imperialistas (dominación del hombre por el hombre) que se fueron sucediendo hasta llegar al sistema capitalista.


En la Guerra Psicológica (columna vertebral de la Guerra de Cuarta Generación, sin uso de armas) las operaciones con unidades militares son sustituidas por operaciones con unidades mediáticas.


La Guerra Psicológica, a su vez, nace en un particular estadio del capitalismo caracterizado por una revolución en el campo de las ciencias sociales y de la comunicación estratégica.


Dicha revolución se complementa con una revolución en el campo de la tecnología de las comunicaciones y de la informática, creando las bases para una comunicación estratégica globalizada basada en principios científicos.


A su vez las técnicas científicas de comunicación, potenciadas a escala masiva y planetaria por los grandes conglomerados mediáticos del capitalismo, crearon las bases para su utilización en estrategias de manipulación y de control social desarrolladas a partir de los objetivos de la dominación imperial-capitalista.


Esta situación creó las bases operativas y estratégicas para el control y dominio de las sociedades y países, sin recurrir a la utilización de la guerra militar.


De esta manera (y con pocas excepciones como las zonas de conflicto y de ocupación militar), la actual guerra imperialista por apoderamiento de mercados y países ya no se desarrolla en el plano de la conquista militar-territorial, sino en el plano de la conquista psicológica-social instrumentada mediaticamente.

F) El nuevo teatro de operaciones (el blanco es el cerebro)

Como en la guerra militar, un plan de guerra psicológica está destinado a: aniquilar, controlar o asimilar al enemigo.


La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia de dominio sin el uso de las armas.


A diferencia de la Guerra Militar convencional, la Guerra de Cuarta Generación no se desarrolla en teatros de operaciones visibles.


No hay frentes de batalla con elementos materiales: la guerra se desarrolla en escenarios combinados, sin orden aparente y sin líneas visibles de combate, los nuevos soldados no usan uniforme y se mimetizan con los civiles.


Ya no existen los elementos de la acción militar clásica: grandes unidades de combate (tanques, aviones, soldados, frentes, líneas de comunicación, retaguardia, etc).


Las bases de planificación militar son sustituidas por pequeños centros de comando y planificación clandestinos, desde donde se diseñan las modernas operaciones tácticas y estratégicas a desarrollarse en los medios de comunicación y el campo de Internet y la telefonía celular, factores claves de la movilización de conducta masiva.


Las unidades de Guerra Psicológica son complementadas por Grupos Operativos, infiltrados en el campo de la política y de la población civil con la misión de detonar hechos de violencia y conflictos sociales.


Las tácticas y estrategias militares, son sustituidas por tácticas y estrategias de control social, mediante la manipulación informativa y la acción psicológica orientada a direccionar conducta social masiva con la Internet y los teléfonos celulares jugando como ejes inductores y concentradores.


Los blancos ya no son físicos (como en el orden militar tradicional) sino psicológicos y sociales. El objetivo ya no apunta a la destrucción de elementos materiales (bases militares, soldados, infraestructuras civiles, etc), sino al control del cerebro humano.


Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc) son sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes redacciones y estudios de radio y televisión.


El bombardeo militar es sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas y las imágenes sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo militar.


En la Guerra sin Fusiles, la Guerra de Cuarta Generación (también llamada Guerra Asimétrica), el campo de batalla ya no está en el exterior, sino dentro de las mentes.


Las operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para controlar un territorio, sino a partir de la colonización mental para controlar una sociedad.


El objetivo estratégico ya no es el apoderamiento y control de áreas físicas (poblaciones, territorios, etc.) sino el apoderamiento y control de la conducta social masiva.


Las unidades tácticas de combate (operadores de la guerra psicológica) ya no disparan balas sino consignas direccionadas a conseguir un objetivo de control y manipulación de conducta social masiva.

G) El nuevo Objetivo estratégico

(La función de la Guerra Psicológica)

Los nuevos proyectos geopolíticos de conquista imperialista en la era trasnacional de las comunicaciones requieren de sofisticadas estrategias de Guerra Psicológica para su imposición sin el uso de las armas.


Los fines prescriptos por la estrategia de dominación con la Guerra Psicológica son los mismos que se utilizan con la guerra militar: dividir, atomizar, controlar al individuo-masa de las sociedades dependientes (el AP). Es la lógica de Maquiavelo aplicada por medios científicos y tecnológicos.


La Guerra Psicológica librada en el plano de la comunicación estratégica y de las grandes estructuras mediáticas (los nuevos ejércitos de conquista) no se hacen por la conquista misma, sino en la búsqueda de un objetivo estratégico orientado en los intereses económicos de las potencias y las trasnacionales capitalistas.


La función de la Guerra Psicológica imperial-capitalista actual se orienta en tres objetivos claves:


1) Conquista de mercados emergentes (sociedades y países periféricos), mediante la imposición de la “cultura consumista” nivelada y globalizada por los medios masivos de comunicación, actuando sobre la psicología del hombre AP convertido en individuo-masa.


2) Control y dominación social (en los países dependientes), orientado a la represión y/o neutralización de conflictos sociales que amenacen el desarrollo de los planes empresariales y la acumulación y expansión de la ganancia capitalista trasnacional.


3) Disputas ínter-potencias por los mercados, destinada a sustituir a la guerra militar por áreas de influencia (también por conquista de mercados) enterrada con la guerra Fría.

E) El frente mediático

Una plan de Guerra Psicológica, no se hace con soldados y armas militares sino con medios de comunicación e individuos masificados (los AP) nivelados universalmente por los mismos estereotipos culturales y sociales.


El mensaje mediático a escala globalnivela y masifica al individuo universal en una sola frecuencia comunicacional.


La realidad es sustituida por la percepción de la realidad a través del mensaje mediático-periodístico convertido en consignas, eslóganes y títulos, antes que en pensamiento reflexivo totalizado.


A través de la manipulación psicológica y el control ideológico, la sociedad civil, el individuo-masa suplanta a los soldados militares en el campo de batalla.


En la Guerra Psicológica, la potencia de fuego del soldado militar es sustituida por la potencia social del individuo-masa con su conducta manipulada hacia objetivos de control y dominación social, fijados por el capitalismo trasnacional para conquistar mercados y controlar a las sociedades consumistas.


Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra Psicológica de última generación.


La guerra por el dominio y control de las sociedades y de las mentes, sólo se produjo a partir de la interacción funcional de la tecnología (medios de comunicación) y de la informática (electrónica y computación) orientada a un objetivo de control y dominio mediante una estrategia comunicacional.


El factor mediático (medios de comunicación, electrónica y computación, y estrategias comunicacionales) posibilitó que la guerra por el control y el dominio imperial capitalista tocara su máximo estadio de desarrollo estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.


En resumen, en la Guerra de Cuarta Generación se contienen las técnicas y estrategias operativas direccionadoras de conducta colectiva que subyacen detrás de lo que ingenuamente se conoce como “protestas populares espontáneas” que las grandes cadenas mediáticas imperiales instalan como una verdad aceptada a escala global.


(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

jueves, 26 de mayo de 2011

¿Y ahora? / Felipe González *

La derrota electoral ha sido muy dura y hay que reconocerlo sin paliativos. Hay que felicitar al PP, aunque no haya tenido un comportamiento responsable ante ninguno de los problemas de España. Incluso en el día de hoy, cuando hago esta reflexión, llevan al Parlamento la grave situación del empleo juvenil sin hacer ninguna propuesta constructiva, algo que sea creíble y dé una cierta tranquilidad en que cambiarían de posición, para ser responsables ante la crisis, después de su victoria electoral.

Tengo la impresión de que el castigo severo al Gobierno y a los responsables de ayuntamientos y autonomías ha ido más allá de lo que propios y ajenos podían imaginar. Así se abre un nuevo escenario en el que serán decisivas las reacciones de unos y de otros.No se puede esperar que cambie de posición el PP. Sus dirigentes, eufóricos, seguirán pensando que la estrategia basada en el mientras peor mejor les ha dado resultado y ha dañado gravemente al Partido Socialista. Siempre lo han hecho así en los últimos 20 años, sea en la lucha antiterrorista o sea frente a la crisis mundial más grave conocida.

¿Por qué habrían de cambiar? Sería tanto como pedirles que antepusieran los intereses de España a su deseo incontenible de ocupar el poder: incluso todo el poder, como lo esperan. En lo que reste de legislatura van a ocultar lo que quieren hacer con ese poder. Por dos razones: porque piensan que así les va mejor y porque, realmente, dudo que lo sepan. La insistente apelación a la confianza es poco compatible con la que inspira su líder, según muestran todas las encuestas.

Pero lo que me importa hoy es la reacción de los socialistas, para ver si somos capaces de remontar sobre estos resultados convenciendo a los ciudadanos de las necesidades que tiene nuestro país frente a la crisis y en el contexto europeo y global en el que estamos.

Zapatero no se presenta. Ha reconocido errores en el tiempo para afrontar la crisis, pero ha tomado decisiones muy duras de reformas estructurales y mantiene su voluntad de proseguirlas. También ha asumido la derrota, él mismo, directamente, en un gesto que le honra, aunque las elecciones no eran generales.

Por tanto, la primera cuestión es decidir quién y con qué propósito se hace cargo del liderazgo frente a las elecciones generales. Mejorar la valoración personal de Rajoy como líder no es un problema. Entre los dirigentes conocidos del Partido Socialista hay varios que cumplen de sobra ese requisito. 

Y plantear un programa frente a la vaciedad del mundo en la oquedad de sus cabezas tampoco. Importa decidir pronto y mirando hacia los ciudadanos, sin tentaciones endogámicas de partido tan propias de las circunstancias que vivimos. Y hablo de los ciudadanos, de lo que seamos capaces de percibir de la opinión pública, más que a la opinión publicada tan propensa en estos tiempos a la intriga y la confusión de intereses.

El procedimiento para designar a esa persona está previsto. Yo me inclino por una reflexión interna en el Comité Federal que nos conduzca a una sola candidatura de consenso. Eso evitará peleas internas incomprensibles para los ciudadanos ante los problemas a los que nos enfrentamos y con los escasos tiempos de nuestro calendario político. Ante un desacuerdo, que no deseo, en el Comité Federal, Rodríguez Zapatero tiene la llave. Puede convocar congreso extraordinario para elegir candidato y secretario general. Camino algo más largo pero posible, como he oído decir a algunos dirigentes del partido.

La segunda cuestión, que parece suscitar dudas y debates incipientes, es el discurso programático ante la ciudadanía. Hay fórmulas participativas fáciles de articular para que todos vayamos unidos a la campaña de las generales.

Nadie espera de mí que no me moje en cuanto a contenidos, como saben que no entraré en un debate de primarias que no veo oportuno, aunque estaré, con mi criterio, siempre disponible para este partido al que he dirigido y contribuido a que sea la alternativa de poder desde criterios socialdemócratas durante gran parte de mi vida.

Por eso me atrevo a reiterar que la realidad a la que nos enfrentamos como país es crítica y exige reformas en profundidad. Estas han empezado y hay que seguirlas, reorientarlas y explicarlas clara y abiertamente a la ciudadanía. No estaré por oportunismos de cambios radicales de orientación que nos lleven a un desastre que, como mínimo, estamos evitando si vemos con claridad las derivas de otros países que no han sabido o podido afrontar esas reformas.

Sé por experiencia, dentro y fuera de nuestras fronteras, que la crisis global que padecemos marcará un antes y un después y que las cosas no volverán a ser como antes, aunque haya cantos de sirena que lo anuncien. Por eso huyo de los mensajes simplistas de los que dicen que hay que volver a la senda de la prosperidad perdida, típicos de las derechas en la oposición, porque es esa senda la que nos ha llevado a esta crisis tan dramática. Algunos no quieren ver que sin correcciones de fondo podemos estar incubando la siguiente crisis, antes incluso de salir de esta.

Temo las voces que proponen utopías regresivas, que han demostrado hasta la saciedad que llevan al fracaso. Las hay de izquierdas y de derechas. Radicalizaciones que pretenden que el Estado sustituya a la sociedad, a los actores económicos o, por el contrario, los que van a seguir defendiendo (lo están haciendo con éxito) que funcionemos de acuerdo con la mano invisible del mercado como elemento de autorregulación, sin intervención del Estado.

El Estado tiene que ser eficiente y austero; tiene que regular el funcionamiento del mercado, en particular del mercado financiero, al servicio de los intereses generales; tiene que preservar la distribución del ingreso garantizando y haciendo sostenible la sanidad pública, educación para todos y pensiones; tiene que estimular la iniciativa y facilitar el emprendimiento y la innovación, etcétera. Nos vamos a jugar mucho como sociedad, como país, en esta difícil situación nacional, europea y global. Por eso tenemos que tener proyectos claros y sostenidos de salida de la crisis que preserven valores, bienes sociales que hemos ido conquistando con esfuerzo y que pueden estar en peligro. 

Además, los dirigentes de hoy tienen que saber que los grandes desafíos ante la crisis global se juegan en un campo que trasciende las fronteras del Estado nación al que pertenecemos. Por eso es tan importante, tan decisivo, el papel de Europa ¡y tan decepcionante que no lo esté cumpliendo o lo haga con tan poca visión de conjunto! Nadie puede creer que los agentes financieros globales que nos han llevado a esta crisis puedan ser regulados desde un solo país.

Tenemos que actuar dentro de nuestras fronteras en aquello que podemos y debemos corregir para ganar productividad, competitividad y empleo. Los agentes sociales y económicos tienen que empujar en la misma dirección.

Tenemos que hacer propuestas claras y sostenidas en la Unión Europea, para reforzar los elementos de gobernanza económica en el espacio monetario que compartimos; para emplear la potencialidad del Banco y del Fondo Europeo de Inversiones; para completar una buena regulación igual para todos del funcionamiento del sistema financiero.

Ya pasaron las elecciones y no podemos parar la marcha del país para salir de la crisis. Para España, lo mejor es continuar las reformas, agotando ese tiempo democrático que resta de legislatura. En menos de un año los ciudadanos decidirán en qué manos ponen esa salida y con qué propósitos. Es la hora de la verdad. Demostremos que somos la mejor respuesta para nuestra sociedad.

(*) Ex presidente del Gobierno de España