sábado, 26 de marzo de 2011

Por qué Libia / Gregorio Zurdo Jiménez *

Cuando Irak fue atacado la primera vez por razones humanitarias, no me pilló de sorpresa, pues los Estados Unidos hacia tiempo que se estaba preparando para ello. Pero el objetivo  principal no era Irak, sino Irán, así lo intuí de las palabras de pilotos americanos, y no andaba muy descabellado, conforme a los diferentes análisis realizados por diferentes grupos de opiniones. Todos sabíamos los motivos por los cuáles el Presidente Bush atacó a Irak, siendo éste el objetivo final, y quizás con alguna razón.

Los EEUU, en su política exterior siempre se han apoyado en la doctrina del Almirante Mahan, referente al poder militar dentro y fuera de los EEUU. Su casus belli, fueron de todas las índoles: La explosión del Acorazado Maine, el incidente del golfo de Tokín etc. Pues no en vano el exsecretario de Estado, Henry Kissinger, aseguraba que la política exterior americana estaba supeditada a los intereses económicos de los EEUU; bajo esta afirmación se comprende la política de estos últimos años del país norteamericano. Aunque a su favor hay que reconocer que cuando Europa ha necesitado de su ayuda siempre han estado allí donde les necesitaban.

Todos se preguntan o, nos preguntamos, por qué Libia ha sido codicia de las grandes potencias. Cómo se suele decir sin error a equivocarse, porque tenía todas las papeletas para que le tocase el premio y de paso dar avisos a futuros navegantes con su caja repleta de petrodólares. Además que nadie nos venga hacer creer que ha sido por ayuda humanitaria y más si Francia está por medio. Si el motivo principal hubiese sido humanitario, ya hace tiempo que estos bienhechores hubiesen intervenido en África, Asia y sobre todo en Bahrein, Qatar e incluso en la todopoderosa Arabia Saudita, culpable de actos no muy democráticos. 

Pues entonces, no hay error alguno en asegurar que el motivo principal haya sido el económico, o sea, el petróleo. Por otra parte Gadafi es odiado por dentro y fuera de sus fronteras y fácil presa de los halcones de Occidente.

Alrededor de hace un año, Francia e Inglaterra firmaron un acuerdo militar de defensa mutua ignorado por muchos de nosotros (a espaldas de Europa). Tal vez, en ese acuerdo se especificara quien debiera dirigir las operaciones que se pudieran dar en las zonas de interés de ambos países. Y es por ello, por lo que Francia desde el primer momento ha tomado el protagonismo de las operaciones secundadas por Inglaterra (aparte de la falta de popularidad de Sarkozy dentro de la propia Francia), y no vea con agrado que las operaciones de castigo o liberación del pueblo libio sean cedidas a la OTAN (siempre mirando por sus intereses).


No se debe olvidar que la central nuclear de Fukushima suministraba una potencia de 4.547MW, esta carencia debe ser sustituida por otra clase de energía. Además esta central se cerrará, y Japón dependerá aún más del petróleo; y Occidente no puede permitirse que su economía se estrangule por el alto precio del barril pudiendo alcanzar la cifra de los 200 a 250 $.

La presencia de China en Libia representa el 11% de la industria petrolera. Y aunque no hay cifras sobre el tamaño y la importancia de las actividades de exploración y producción de la CNPC, hay indicadores de que son considerables. Asimismo, Washington, Londres y París consideran que la presencia de China en el Norte de África constituye una intrusión. 
Desde una posición geopolítica, China supone una invasión (como ocurre en otras partes). La campaña militar contra Libia es también un intento de excluir a China del norte de África, por supuesto que en este juego “humanitario el objetivo “es alejar del escenario económico a ésta y a países contrarios de la órbita de Occidente.

Libia es una de las mayores economías petroleras del mundo y cuenta aproximadamente con el 3,5% de las reservas mundiales de petróleo, más de dos veces las de EEUU; por lo tanto codiciada por los países desarrollados como por los países emergentes.
La “Operación Libia” forma parte de una agenda militar más amplia para Oriente Medio y Asia Central, que consiste en obtener el control y la propiedad corporativa de más del 60% de las reservas mundiales de petróleo y gas natural, incluyendo las rutas de oleoductos y gasoductos.

Los países musulmanes, entre los que se encuentran Arabia Saudí, Iraq, Irán, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Yemen, Libia, Egipto, Nigeria, Argelia, Kazajstán, Azerbaiyán, Malasia, Indonesia, Brunei, poseen entre el 66,2% y el 75,9% del total de las reservas de petróleo, dependiendo de la fuente y metodología de la estimación.

Es por lo que considero que el ataque a Libia bajo la máscara humanitaria, beneficiará a los mismos intereses corporativos que la invasión y ocupación de Irak. Si bien, en el 2003 el protagonista fue EEUU, hoy es Francia. El objetivo subyacente es tomar posesión de las reservas de petróleo de Libia, desestabilizar la National Oil Corporation (NOC) y, finalmente, privatizar la industria petrolera del país, es decir, transferir el control y propiedad de la riqueza petrolera de Libia a manos extranjeras.

El petróleo libio es un filón para las grandes del petróleo anglo-francés y naturalmente para EEUU, como antes se ha señalado. Aunque el valor del crudo en el mercado supera en la actualidad los 100 dólares el barril, el coste del petróleo libio es extremadamente bajo, hasta 1 dólar USA el barril (según una estimación), por ejemplo: Con el crudo a 110 dólares en el mercado mundial, una operación sencilla de matemáticas muestra que Libia tiene un margen de beneficio de 109 dólares.


El objetivo de la interferencia de Francia y Occidente es estratégico: consiste en un saqueo total, en el robo de la riqueza petrolífera de la nación bajo el disfraz de una intervención humanitaria. Por lo tanto, esta operación militar es un intento de establecer la hegemonía Occidental en el Norte de África, una región históricamente dominada por Francia y, en menor medida, por Italia y España (Tal vez radique ese protagonismo de Francia, y por otra la desconfianza mutua entre Francia y EEUU).

Lo más insultante para la especie humana, nos quieran hacer creer que las hostilidades contra Gadafi no comenzaron hasta que la ONU diera su visto bueno, y todo justo antes de que cayera Bengasi y se acabara la posibilidad de ayuda a los “rebeldes” y por tanto evitar las muertes a la población civil. O sea, como una ONG (Cómo si la ONU no estuviera al antojo de aquellos que tienen el privilegio de veto. No he visto una Organización tan antidemocrática como la ONU).

Por ello creo que España, y a pesar de opiniones contrarias de nuestra intervención en este conflicto en las que me encuentro, debe estar allí donde estén sus aliados siempre que impere la justicia, que no siempre coinciden con la razón. 
También es cierto que nos hemos visto muy perjudicados con posturas diferentes a nuestros aliados naturales. Además creo sinceramente que los otros (Rusia, China) no son la panacea en cuanto a bondades humanitarias. Y es justo decir que, cuando ocurre una catástrofe a nivel mundial, es Occidente el primero en acudir con su maquinaria capitalista. 
Pocas veces por no decir ninguna en los casos de necesidad, y por poner un ejemplo a estas mismas naciones China y Rusia no han acudido, y cuando han acudido tarde y mal.

Hablando en lo puramente militar, España, no debe preocuparse por un descalabro en este aspecto. Aunque España no posea el ejército adecuado a las misiones a realizar (Lo que si tiene España es el recorte de libertad de sus Fuerzas Armadas, todo lo contrario que tienen el resto de los ejércitos europeos, que tienen sus sindicatos que velan por sus miembros, y no como en esta España que carecen de todo principio democrático), no debemos preocuparnos en este aspecto porque la maquinaria militar de Occidente es infinitamente superior a cuantas haya en estos momentos. Para hacernos una idea, la tecnología militar está veinte años por delante de la tecnología civil.

Zapatero y su gobierno hacen referencia constantemente a la intervención de Aznar en Irak, para ocultar la ineptitud del Presidente y la de su gobierno en toda su gestión que, en un 90% han sido desacertadas por no decir de chiste, como al derroche de las decenas de miles de millones de euros y venta precipitada de la reserva de oro que el gobierno de Aznar les dejó, privando de importantes ingresos a las arcas españolas. 

Pues bien, las tropas españolas sólo han intervenido en operaciones de combate en los gobiernos del PSOE sin ninguna presión exterior (Lo afirmo con rotundidad porque estuve allí). En el gobierno de Aznar estas mismas tropas no intervinieron en operaciones de combate, y eso que Aznar debía pagar el favor que nos hicieron con respecto a Perejil (Recordar que Francia estuvo en todo momento al lado de Marruecos) no fue como nos lo cuentan, fue una provocación en toda regla, y más serio de lo que a simple vista parece, la maquinaria militar del amigo del norte estaba donde debía estar.

Las consecuencias no se hicieron esperar. Por ello, las posturas de Aznar y Zapatero son diferentes; uno debía pagar favores y otro por su mala gestión e ignorancia nos ha llevado a situaciones verdaderamente irrisorias.

(*) Ex C.C de la Armada, Ingeniero en Sistemas de Defensa Navales.