martes, 5 de abril de 2011

La nueva República / José Luis Mazón Costa *

La sociedad española camina a pasos agigantados hacia un cambio de régimen, es decir, hacia el fin de la monarquia y su sustitucion por una república. Está en el aire, se palpa. 
A lo sumo a la monarquia le queda el tiempo que le quede al rey si no le queda aun menos. Pero el cambio de régimen no se limitará a quitar la monarquia y a poner un presidente de la república cada cierto número de años, tal vez cinco. 
El cambio vendrá impuesto por un empeoramiento de la realidad económica, la marea de la crisis no ha desplegado todavía su máximo nivel y conforme avance los cambios se impondrán solos. Caerá el monarca y tambien se irá al traste el actual régimen de PP y PSOE, son partidos que han perdido la energía, es decir, la credibilidad, el PSOE va por delante en el camino al desguace pero el PP no va a mucha distancia de su hermano de fechorias.

Según yo veo las cosas el Rajoy posiblemente victorioso en el 12 no llegue a la mitad de la legislatura porque estos capitanes de barco de los buenos tiempos o de vientos favorables no valen para sortear gravísimos obstáculos de la navegacion en fuertes turbulencias. Algo bueno traerá el mal tiempo, el final de la dictadura de los mediocres, porque desde que se fué González sus dos continuadores han sido dos claras lacras de la sociedad, dos mediocres henchidos de vanidad a cual más tonto o menos inteligente.

La república exige una nueva constitucion y no solo para establecer la república como forma de gobierno. La Constitucion del 78 está hecha con trampa y cartón para que nadie la cambie, pero con el mismo procedimiento que fué aprobada, aprobacion de las cámaras y referendum, aprobaremos otra que dejará sin efecto por completo la anterior. 
Digo esto porque los sucesivos procedimientos de disolucion y nuevas elecciones y nuevas cámaras para tocar el régimen monárquico por ejemplo, se quitarán por el mismo procedimiento con que se hizo, ya que ninguna generación tiene derecho a secuestrar la libre voluntad de las venideras a reformar la constitucion. El monarca puede llevar mal la caida del régimen monarquico y estar tentado de tirar de su papel de jefe de las fuerzas armadas incitando al uso de la fuerza militar en su favor, si eso llegara a pasar habrá que juzgarle y condenarle y meterle en la cárcel por golpista. La cosa se pondrá seria y habrá que hacer cosas muy serias. 
Una nueva Constitucion moderna, adaptada a los nuevos tiempos, con vocacion de futuro, una Constitucion con mecanismos preventivos contra la corrupcion, que establezca como un derecho fundamental las listas abiertas, el fin de la dictadura de las cúpulas de los partidos a las que hay que mandar, hablando en plata, a la puta mierda. 

 La Justicia necesita tratamiento de cirugía mayor. Nada de retoques. Una depuracion a fondo del poder judicial es necesario para corregir el error cometido de darle el báculo de juez a una cantidad bastante respetable de impresentables que hoy ejercen la funcion jurisdiccional dictando sentencias desvariadas, arbitrarias, claramente imbuidas por factores ajenos al imperio del derecho. 
Un santo oficio de la democracia no sería mala idea, juzgando desde el poder popular judicial a los jueces, sea cual sea su nivel, que contravengan en su praxis sus obligaciones de ser legales, competentes e imparciales. Como el rio estará pero que bien revuelto no será muy complicado usar la guillotina jurídica en beneficio del pueblo, ya libre del horror de la sangre. 
A quien corresponda yo me ofrezco para ejecutar las operaciones que sean necesarias para limpiar de podredumbre el poder judicial en todos sus niveles, ya que he pasado ya más de media vida observandoles y sufriéndoles y conozco muy bien al enemigo este del juez arbitrario e indigno del cargo. Si Torquemeda fué el temible inquisidor yo me postulo de Torquemazón.
Tal vez tengamos que someter a debate si continuar con el nombre de España por el tremendo desprestigio histórico que tiene la marca. Si el ámbito territorial llega a cambiar y fundamos una confederacion de Estados con Portugal, el nombre de Iberia que coincide con el de la península tal vez sería un buen recambio. El Estado autonómico, este despilfarro de 17 miniestados que chupan como sanguijuelas los recursos económicos de los ciudadanos hay que quitarlo y poner algo más racional en su lugar. 
En realidad ¿quien se beneficia de 17 parlamentos y consejos de gobiernos? 
Los partidos que logran escaños, es decir, los clásicos PP, PSOE, CIU y PNV, o sea, el "régimen", los vividores. Los ciudadanos salimos perdiendo. Con el tema vasco y catalán, habrá que coger el toro por los cuernos poner las diferencias sobre la mesa. ¿Quereis la independencia? Vamos a evaluar costes, pros y contras y a poner la carne en el asador si hace falta, ese conflicto es una fuente de pérdida de energías al que habría que poner fin.
El presidente de la república tiene que ser elegido directamente por los ciudadanos, nada de elecciones indirectas como ahora. La gente tiene que votar al ciudadano que será presidente por voluntad mayoritaria. 
La racionalidad del gasto público tiene que tener órganos de control previstos en la Constitucion que no sean el inútil Tribunal de Cuentas, que tenemos de casi puro adorno. Los que han montado gastos astronómicos en aeropuertos inútiles merecen responder por ello, por ejemplo. Hay que controlar cada céntimo que se gasta desde el dinero de los ciudadanos. Gobernar tiene que ser algo mucho más disciplinado de lo que es hoy.
La democracia tiene que ser mucho mejor defendida de lo que está hoy, y hay que depurar a muchísima gente que ocupa cargos públicos, nos acercamos a un proceso revolucionario de carácter ciudadano, hay que levantar un nuevo orden porque el viejo está echado a perder, corrompido en sus pilares básicos. 
Tal vez en sucesivos artículos si el tema tiene interés trate el tema de la enseñanza, la justicia más a fondo, y la sanidad, tres capítulos importantísimos para la nueva república que se acerca. En fin que si mola este tema futurista seguiremos hablando y si no, pues de momento en esto queda, llegará el tiempo y se sabrá si era acertado o errado el artículo. 
Entre tanto la lucha no cesa.
(*) Abogado