domingo, 10 de abril de 2011

Islandia vuelve a decir "no" a pagar la deuda de sus bancos con Holanda y Gran Bretaña

 
REIKJAVIK.- La población de Islandia volvió a rechazar un acuerdo negociado por el gobierno sobre la amortización de la deuda del banco Icesave, en quiebra, en un referéndum celebrado este sábado. Según el recuento del 90% de las papeletas escrutadas, el 59,1% de los islandeses han vuelto a decir no en la convocatoria de este fin de semana.

El resultado puede interpretarse como un triunfo de la denominada revolución de las cacerolas:sí habría empañado el ejemplo islandés, al que se agarra cada vez más gente en la periferia de Europa, por la irritación que provoca el empeño de Bruselas y el BCE en defender a los bancos aun a costa de una oleada de austeridad y recortes draconianos.

La emisora de televisión RUV informó en la madrugada de hoy domingo que un 58 por ciento de los votos fueron "no" y sólo un 42 por ciento apoyó el acuerdo para el pago del monto que se le debe al Reino Unido y Holanda.
El resultado definitivo de la consulta popular se difundirá esta misma mañana.
Pese a la distancia y a su tamaño, los habitantes de esta isla se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el sistema bancario porque se niegan a hacer frente a la deuda que sus bancos han dejado con sus quiebras.
Las arcas del Estado deberán pagar los 3.800 millones de euros (unos 5.500 millones de dólares) que adeudan a Reino Unido y Holanda, pues estos gobiernos restituyeron en 2008 a los 300.000 clientes de Icesave en sus respectivos países los depósitos que tenían contratados en el banco online.
Islandia, con una ciudadanía reivindicativa y una clase gobernante que no está dispuesta a obligar a sus habitantes a que asuman una deuda que no es suya sin estar antes de acuerdo, se produjo el primer referéndum, que dijo no por una mayoría aplastante. Se pensó que la negativa se debía a que el acuerdo era excesivamente gravoso para los ciudadanos islandeses, con unos tipos de interés muy altos. Ahora ha llegado el segundo y el no también ha sido rotundo.
La primera ministra Jóhanna Sigurdardóttir dijo sobre los datos del referéndum que era el "peor resultado imaginable". Su gobierno había abogado por el "sí". Es probable que las controvertidas condiciones de devolución del dinero pasen a ser determinadas ahora por instancias europeas.
El primer referéndum, en marzo de 2010, una mayoría del 93 por ciento de islandeses rechazó el acuerdo de devolución de las deudas negociado por el gobierno de Reykjavik. Se criticaron sobre todo los elevados intereses. Como consecuencia, los tres gobiernos implicados negociaron el año pasado algunas mejoras para la parte islandesa.
El referéndum fue convocado hace dos meses por el presidente islandés, Oláfur Ragnar Grímsson, que se negó a firmar una ley del Parlamento que estipulaba las condiciones del acuerdo: un pago con intereses del 3% a 37 años. Grímsson es reincidente: en diciembre de 2009 ya forzó una consulta similar, cuando contra todo pronóstico se negó a firmar una ley que obligaba a pagar con intereses del 5,5% en 15 años. El no ganó entonces de forma arrolladora. "Las antiguas condiciones de pago eran muy injustas: las nuevas son mejores, pero si los islandeses van a tener que cargar con una deuda de sus bancos deben tener derecho a decidir. Islandia es una democracia, no un sistema financiero", declaró Grímsson a 'El País' hace unos días.
La disputa viene de lejos. A mediados de la pasada década, uno de los grandes bancos islandeses, Landsbanki, abrió una filial por Internet en Reino Unido, Holanda y Alemania que tuvo un éxito fulgurante por los altos intereses que pagaba en una cuenta llamada Icesave. A principios de octubre de 2008, apenas 15 días después de la quiebra de Lehman Brothers, el Reino Unido detectó que los bancos islandeses estaban traspasando dinero de las cuentas británicas a Reikiavik y les aplicó la ley antiterrorista: congeló todos sus fondos. Los bancos estaban sobreendeudados (sus activos suponían 12 veces el PIB), y esa decisión, junto a la crisis internacional, les llevó a la bancarrota. El Estado no los rescató. Los dejó caer, y posteriormente los nacionalizó e inyectó dinero para que siguieran operando, pero solo en Islandia. Londres y Ámsterdam pagaron a los depositantes de Icesave (unas 300.000 personas) el 100% de los depósitos y desde entonces reclaman ese dinero. Eso suma 4.000 millones: tal vez no parezca una cifra desorbitada, pero es un tercio del PIB islandés.
El Gobierno, en cambio, defendía el en el referéndum aduciendo que los activos del banco quebrado, cuando se liquiden, permitirán pagar la mayoría de la deuda. Los partidarios del no argumentaban que la gente no debería pagar por las locuras de sus bancos, y aducen que la legislación internacional -llena de sombras- no obliga a ningún país a asumir deudas astronómicas que sobrepasan con mucho el importe acumulado en los fondos de garantía.
Islandia sigue sumida en una profunda crisis, tras los acontecimientos que acabaron en la quiebra del sistema bancario y que obligaron al país a acudir al FMI. Entonces la Bolsa se desplomó, la corona islandesa perdió el 80% de su valor y la caída del PIB ha sido del 15%. El paro ha pasado del 1% al 8%, hay controles de capital -corralito-, ha habido fuertes subidas de impuestos y recortes del gasto público. La incipiente recuperación es aún muy frágil. Y esa fragilidad puede aumentar en caso de que el no salga vencedor: el Ejecutivo avisó a la población de que el rechazo llevaría el caso a los tribunales, donde la factura puede llegar a ser mucho mayor. Además, si los activos del banco quebrado son menores de lo esperado y la corona vuelve a caer, las cifras se dispararían.
La consulta tendrá también efectos colaterales en el ámbito político. La negativa deja en una difícil posición al Gobierno de coalición entre socialdemócratas y rojiverdes, y complicaría el acceso de Islandia a la UE y los créditos con el FMI y otros países nórdicos. Los islandeses saben todo eso, y aun así ha ganado el no. "Tenemos la opción de acabar con este desafortunado asunto con dignidad, o embarcarnos de nueva en un periodo de incertidumbre", avisó ayer el ministro de Finanzas, Steingrimur Sigfusson. "De acuerdo: pero la crisis ya está siendo lo suficientemente dura. No quiero pagar más", terció el director de cine Arni Sveinsson.
La reacción de Reino Unido no se ha hecho esperar. El secretario jefe del Tesoro británico, Danny Alexander, ha expresado hoy su decepción ante la negativa de los islandeses a pagar por el colapso de
los bancos:"Está claro que el rechazo declarado por el pueblo islandés a lo que era un acuerdo negociado ha sido obviamente decepcionante", declaró Alexander. "Por supuesto que respetamos su decisión, pero ahora vamos a hablar con nuestros socios internacionales, y parece que este proceso terminará en los tribunales", añadió.
Islandia, con 320.000 habitantes, se vio fuertemente afectada por la crisis financiera de 2008, que provocó el colapso de la banca.
 

Juventud sin futuro / Manifiesto

Nosotras y nosotros, la juventud sin futuro, nos dirigimos a la opinión pública para mostrar nuestro desacuerdo con la política de recortes sociales del Gobierno, y la consecuencia más grave y con mayor impacto en el futuro que estas medidas representan: la juventud más preparada de nuestra historia vivirá peor que sus padres. 

La agresión contra el colectivo juvenil en un escenario de crisis capitalista, con una tasa de paro juvenil del 40%, la más alta de la UE, se materializa principalmente en tres medidas: o La Reforma laboral, que aumenta la temporalidad de nuestros contratos, la flexibilidad laboral y supone la desaparición de la negociación colectiva, convirtiéndonos en trabajadores precarios/as de por vida o La Reforma del sistema de pensiones, que retrasa la edad de jubilación y reduce la cuantía de nuestras futuras pensiones y nos dificulta aún más encontrar un trabajo digno. Todo ello nos plantea un horizonte sin futuro o La mercantilización de la Educación pública, que apuesta por la rentabilidad privada, y no por la formación y el conocimiento. Una universidad de élite para una minoría y fábrica de precarios para una mayoría, con medidas que se concretan en una nueva selectividad que pone trabas al acceso a la universidad y en la degradación de la formación profesional. 

Somos las y los jóvenes a quienes las élites económicas y las políticas de nuestros gobiernos nos quieren convertir en la generación sin formación ni trabajo ni pensión digna. Aquellos que, además, no tendremos casa en nuestra vida, desde que los especuladores hicieron del derecho a la vivienda un negocio con el que enriquecerse; un modelo de crecimiento económico que ha fracasado y ha generado esta crisis. 

Hemos tomado conciencia de que las medidas de salida a la crisis económica se han realizado a través de una constante socialización de las pérdidas. Frente a la salida de la crisis por la derecha, nosotras y nosotros, la generación precaria, señalamos a los culpables y reivindicamos ser escuchados. Queremos recuperar nuestra capacidad para ser actores de un motor de cambio, combatiendo un país de precariedad, desempleo y privatización de nuestra educación. Somos además conscientes de que la movilización y la lucha tienen sentido, pero sobre todo de que son necesarias. Italia, Francia, Grecia o Islandia nos enseñan que la movilización es indispensable. 

El mundo árabe nos demuestra que la victoria es posible. Por eso llamamos a un ciclo de movilizaciones que recuperen la voz de la juventud en la calle, y lo hacemos extensivo a la sociedad civil. Nosotras no nos fiamos, sabemos que esto sólo lo solucionamos sin los que causaron esta crisis. Instamos a emprender la movilización colectiva, a reivindicar nuestro derecho a disentir, a reconstruir nuestro futuro. 

Los abajo firmantes, estudiantes y miembros de la comunidad educativa, jóvenes trabajadoras y jóvenes trabajadores, movimientos sociales, profesionales de la ciencia, la técnica; mundo de la cultura y de las artes dan respaldo con su firma a este llamamiento a la movilización. «Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo» 


  Primeros firmantes: Jorge Riechmann. Profesor titular de filosofía moral de la UAM Félix Ovejero. Profesor titular de ciencias económicas UB Marcos Ana. Poeta Santiago Alba Rico. Escritor Salvador López Arnal. Profesor de Matemáticas de la UNED. Guillermo Toledo. Actor. Jaime Pastor. Profesor de la UNED. Pulpul (Roberto Gañan) de Ska-p. Grupo musical. Enrique Santiago Romero. Abogado Ramón Sánchez Tabarés. Catedrático de Economía Mundial de la UB. Antonio Domènech. Catedrático de Filosofía del Derecho de la UB y Editor de la Revista Sin Permiso. Antonio Izquierdo Escribano. Catedrático de Sociología de la Universidad de A Coruña. Consejo Editorial de Público. Francisco Fernández Buey. Catedrático de Filosofía Moral de la UPF. Vera Sacristán. Profesora de Matemáticas de la UPC. 

“Indignaos” contra “Imputaos” / Luis Morago

Carta abierta a José Luis, Mariano, Cayo, Josep, Rosa y al resto de nuestros dirigentes políticos.
 
No sé a vosotros, pero a mí lo que me está quitando el sueño estos días no es la saga sucesoria recién abierta, ni siquiera el reventón del Sporting a la Liga. Lo que de verdad me produce insomnio es pensar en la gran final que los ciudadanos jugaremos el 22 de Mayo, y en los miles de representantes que van a gestionar nuestros gobiernos municipales y algunos autonómicos durante los próximos cuatro años.
No es que me asuste el ejercicio de la ciudadanía. Lo que me preocupa es veros a algunos avalando candidaturas de imputados por graves delitos de corrupción y buscando la paja en el corrupto ajeno mientras ignoráis la viga podrida en casa propia.
Me inquieta no oiros hablar más del verdadero impacto de la corrupción en nuestras vidas, de cómo el enriquecimiento de unos pocos socava nuestra economía y erosiona nuestros servicios públicos. Me indigna que algunos sigáis dando crédito a aquéllos que usan nuestro mandato democrático para arrasar con el medio ambiente y las arcas públicas.
¿Por cuánto tiempo más permitiremos que los corruptos blinden su impunidad a golpe de laguna legal y plazos prescriptivos?
Imagino que habréis leido alarmados que 8 de cada 10 españoles pensamos que nuestras instituciones y representantes políticos son ‘corruptos’ o ‘muy corruptos’. Quizás esta percepción cambiaría si algunos os dedicaseis a apoyar más a los muchos políticos y funcionarios honestos con los que contamos, en vez de cerrar filas en torno a los deshonestos.
Cierto que, en esto del mangoneo, el siglo XXI no es nada original. Nos avalan cuatro mil años de prebendas, corruptelas y trapicheos. Pero algo está cambiando. ¿Lo notáis? Y es que una buena parte de la ciudadanía estamos sacudiéndonos poco a poco la modorra conformista y prevaricadora del “siempre fue así”, del “todos son iguales” o del “en su lugar yo haría lo mismo”.
Los alegatos de Hessel y Sampedro llegan en el mejor momento. Ya se ven atisbos de una nueva conciencia ciudadana a punto de ebullición: desde las nuevas plataformas de jóvenes dispuestos a movilizarse en busca de ese futuro que los políticos no sabéis, no podéis o no queréis brindarles; hasta los que piden un voto de castigo para penalizar a los grandes partidos, pasando por la plétora de organizaciones y grupos que siguen luchando por la transparencia y por la defensa de una justicia social incompatible con la plaga de la corrupción.
En Avaaz, ya somos casi 100.000 ciudadanos los que os estamos exigiendo medidas eficaces contra la corrupción: Ahora, a pocos días del cierre oficial de vuestras candidaturas para Mayo; pidiéndoos que os ganéis nuestro voto, no a base de palabrería y celebraciones populistas, sino a base de liderazgo y coraje político, excluyendo de vuestras listas a todos aquellos candidatos imputados o condenados por graves irregularidades y delitos asociados con la corrupción.
Aún insomne, me despido con la convicción de que muy pronto serán nuestras voces y acciones ciudadanas las que os quiten el sueño a vosotros. Por el bien de nuestra democracia.
Atentamente.
P.D.: José Luis, Mariano y el resto, imagino que después de leer esta carta estaréis deseando uniros a esta campaña. ¡Firmad aquí y reenviad a todos vuestros conocidos!