domingo, 8 de mayo de 2011

El escritor francés Stéphane Hessel, "agradablemente sorprendido" de que España se indigne


MADRID.- El francés Stéphane Hessel ha contribuido en España con su libro "¡Indignaos!" a lograr lo que ni siquiera ha ocurrido en Francia: que su mensaje de protesta pacífica trascienda de fenómeno editorial a movimiento social, que la gente salga a la calle a decir en voz alta que la cosa no funciona, a pedir cambios.

"Hessel está agradablemente sorprendido, le he mostrado la prensa española y la miraba como un niño que observa un regalo que le hacen", ha explicado el editor español del escritor, Ramón Perelló, que el pasado lunes estuvo en París con el nonagenario autor.
Si en Francia su encendido alegato contra la indiferencia ha arrasado, en España ha ido más allá, pues no sólo ha sido un "bombazo" sino que ha "conectado con la gente y su llamada se ha difundido como algo compartido por tirios y troyanos", considera Perelló.
La clave de este mensaje que ahora enarbolan las cientos de personas acampadas en la Puerta del Sol de Madrid y otros puntos de España no es sólo su contenido, sino también, a juicio de Perelló, la indiscutible autoridad moral de la fuente de la que emana, "su capacidad de convicción, su intensa vida y su enorme credibilidad".
Porque Hessel, antes de animar a sus 93 años a los ciudadanos a que se indignen, formó parte de la resistencia francesa contra los nazis durante la II Guerra Mundial, fue torturado por la Gestapo y recluido en tres campos de concentración y fue uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948.
"Es obvio que esto no nace por generación espontánea", recalca Perelló, quien puntualiza que la grata sorpresa que siente Stéphane Hessel ante los acontecimientos en España está sazonada "con un pudor enorme, porque él es un hombre enormemente discreto y se pregunta ¿cómo es posible?".
El hecho de que colectivos tan diferentes, personas que nada tienen que ver salga a la calle de forma espontánea y hagan suya una misma consigna "sorprende a cualquiera y a él también", ha señalado su editor, quien cree que "el mensaje se estaba esperando y ha llegado".
Además, la esperanza es el fondo de ese pequeño libro de treinta páginas publicado en español por la editorial Destino.
"Es un mensaje que se traduce en positivo, una llamada pacífica a la respuesta activa, a posicionarse ante una dura realidad para actuar, lo que expresa un voto de confianza en uno mismo y en el futuro", ha añadido Perelló.
La proclama "¡Indignaos!" se ha extendido como la pólvora y hay grupos que incluso han diseñado su logotipo en torno a ella, con una gran "I" flanqueada de signos de exclamación.
Además, el escritor, humanista y economista José Luis Sampedro (en la imagen con Hessel), que prologó la edición española del libro de Hessel, ha manifestado a través de una carta y un vídeo su apoyo a los ciudadanos que se han movilizado.
Sampedro, de 94 años, se alegra en la misiva de que la ciudadanía haya comprendido "que no basta con indignarse, que es necesario convertir la indignación en resistencia y dar un paso más" y subraya que "el momento histórico impone la acción, la movilización, la protesta y la rebelión pacífica".
Destino publicará en España el próximo 1 de septiembre la obra que Hessel escribió después de "¡Indignaos!": "¡Comprometeos!".

Una versión de la visita a Madrid

Stéphane Hessel ha decidido pasar a la acción. Preocupado ante la generalizada indiferencia que se le presupone a la juventud mundial, este escritor nacido en Alemania pero parisino de adopción desde los siete años se ha puesto teclas a la obra y ha escrito«¡Indignaos!», un pequeño gran libro que busca despertar las conciencias de los jóvenes ante la crisis de la civilización occidental y que en Francia ha vendido más de un millón y medio de ejemplares.
«¡Indignaos!» ha llegado a España de la mano de Destino y con un padrino de lujo, José Luis Sampedro, encargado de escribir el prólogo y que en la presentación ha compartido púlpito con su compañero y amigo. Los dos, sabios de 93 años y con tanto recorrido humano a sus espaldas que da vértigo asomarse a sus memorias, no han escatimado en halagos mutuos y han coincidido en resaltar el importante papel que la juventud debe desempeñar en este «cambio de era» al que estamos abocados de manera irremediable.
Una juventud que en las revueltas árabes ha pasado a ocupar el primer plano mediático (sobre todo en internet y gracias a las redes sociales) pese al velo de la censura y que debería ser el ejemplo a seguir en Europa. Su acción está basada en el gran mensaje que encierra el libro: el despertar libertario de las conciencias dejando de lado la violencia. Para ello, como recalca Stéphane Hessel parafraseando a Sartre, «el compromiso ha de ser individual. Es necesario que lo jóvenes, uno a uno, sean conscientes de la necesidad de libertad y justicia».
Solo esa toma de conciencia «puede sacarlos del desánimo y la indiferencia, pues son ellos quienes han de construir el futuro». Este papel cobra especial relevancia en una sociedad como la española, responsable según Hessel de la creación de la «imagen de la persona luchando por el bien encarnada en la figura de Don Quijote. En Europa necesitamos a la juventud española». José Luis Sampedro comparte esta creencia y añade un importante matiz: «Se trata de no sucumbir. Estamos asistiendo a la crisis de una civilización y debemos reaccionar. El poder económico gobierna realmente Europa y por ello debemos reeducarnos, darnos cuenta de que la libertad de pensamiento es más importante que la de expresión. Todos tenemos el deber de vivir nuestra vida».

Un momento crucial

«¡Indignaos!» ha llegado en un momento crucial para el futuro de la humanidad. Stéphane Hessel es consciente de ello y su reflexión (más que ninguna otra) debe ser escuchada. Superviviente de Buchenwald, Hessel es el único redactor aún vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y su llamada a la «insurrección pacífica» se antoja ahora más necesaria que nunca. El intelectual tiene palabras de comprensión hacia la intervención en Libia («se trata de defender a la población civil mediante una resolución internacional»), de reciclaje para la ONU («es necesaria una mayor preocupación medioambiental y una mayor autoridad de cara a los estados») y de dureza hacia el terrorismo («solo puede vencerse mediante el respeto y la no violencia»).
¿Y qué harían Stéphane Hessel y José Luis Sampedro si volvieran ahora a tener 19 años? Pensar y actuar. Justo lo que piden a los jóvenes. Está en juego el futuro de todos, se responde en 'Abc', de Madrid.

Intelectuales franceses vuelven a homenajear en París a Vidal-Beneyto, catedrático de la UCM, en el 'Cervantes'


PARÍS.- En el homenaje rendido esta semana por el Instituto 'Cervantes' al fallecido intelectual español afincado aquí, periodista y catedrático de la UCM de Madrid, José Vidal-Beneyto, el pensador de moda en Francia, Edgar Morín, habló de sus relaciones a lo largo de sesenta años.

Jacques Leenhardt desarrolló toda la parte de las investigaciones llevadas a cabo en el campo de la cultura en tiempos del Consejo de Europa (el libro y la lectura en Europa).

Gérard Imbert entró en los temas de Comunicación y la investigación internacional sobre la producción de la realidad llevada a cabo a principios de los 80, a través de los diarios de referencia dominantes -El País en España- y los telediarios.
En el folleto con una presentación de Vidal-Beneyto que se distribuyó a la entrada del acto de homenaje, venía un pequeño texto inédito de Mario Borillo, que se conoció en diciembre de 1971 en Marsella.
El Auditorium del Cervantes (160 personas) estaba a tope. El cantautor Paco Ibañez cantó, igual que lo hizo en Carcaixent y en Madrid, empezando por Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique... Según los testimonios recibidos fueron momentos de mucha intensidad.
Todos resaltaron la resistencia crítica que encarnaba Vidal-Beneyto, citando en particular una frase de la larga entrevista que le hizo Gérard Imbert en 2008, publicada en la revista 'TELOS', cuando le preguntó ¿cuál es nuestra "última playa"?, retomando el titulo de un artículo suyo de 1981, casi treinta años después.

"J.V.-B.:La resistencia crítica... Yo creo que hay una serie de urgencias que son inaplazables. Lo más insoportable de hoy es la extrema mercantilización o monetarización de todo: luchar contra la mercantilización, no ya del mundo, sino de los valores personales. El otro gran tema es: ¿cómo conciliar el cumplimiento individual con la solidaridad colectiva? Cómo podemos realizarnos y al mismo tiempo ser útiles al colectivo en el que estamos. Para los que hemos elegido el enseñar, para los que escribimos todos los días, constituye un reto inesquivable, así, yo cuando elijo los temas de mis textos, lo hago desde esa opción: resistir y ser colectivamente útil".
Una pequeña exposición de la obra de Vidal-Beneyto ocupaba el hall de entrada del Cervantes parisino. Y durante el homenaje se proyectó un diaporama sobre su vida y obra.
Por cuestión de agenda, algunos amigos intelectuales de Vidal-Beneyto, que viven en Francia, no pudieron estar presentes, entre ellos, Ramón Chao, Ignacio Ramonet y Mario Borillo entre otros.  Como el acto fue grabado, la idea ahora del Instituto Cervantes es añadir unas entrevistas con ellos, igual que se ha hecho con el cantautor Paco Ibáñez.

(En la imagen del fotógrafo Daniel Mordzinski, todos los intervinientes: de izqda a dcha, José Luis Dicenta, Fernando Alvarez Uría, Ignacio Sotelo, Edgar Morin, Gérard Imbert, Jacques Leenhardt y la moderadora Juana Escudero, subdirectora de Cultura de los Institutos Cervantes y antigua estudiante del Colegio de Altos Estudios Europeos "Miguel Servet").