martes, 31 de mayo de 2011

#15m o la subyacente rebelión por un #ogov / Anónimo

Cuando empieza a dejar estar de moda hablar de los acampados en nuestras plazas, cuando ha pasado el fragor de la batalla y empieza a decaer la rebelión, me decido a escribir unas líneas sobre el tema. El caso es ir contracorriente.



El #15m es sin duda un movimiento de indignación social, un intento de recuperar la dignidad que nos han robado en una crisis aquellos que la causaron. Al principio de esa crisis, ya algunos vimos como comenzaban a reproducirse los patrones de la terapia del shock que Klein describía en su magnífico libro. Existe un origen económico en el #15m, una rabia desatada contra una presunta democracia dónde unos son más iguales que otros, contra un sistema que alimenta una desigualdad creciente.



Pero adicionalmente, es una crisis sistémica de la esencia de los gobiernos. Es una demanda, a veces inconsciente, de un Gobierno Abierto: Más transparencia, más participación, más colaboración. La generación digital y los inmigrantes más aplicados, nos resulta difícil entender porque lo que es normal a nivel de calle no es normal a nivel institucional. No existen excusas para la no implementación de un Gobierno Abierto y esa es parte del fondo del descontento.



Tomemos el ejemplo de nuestro país y lo que fue el comienzo de la debacle del #22m y el origen del #15m, el #tijeretazo del 12 Mayo 2010. En parte, comparto que en aquel momento fuera necesario tomar decisiones difíciles. ¿Pero fue necesario tomar las que se decidió tomar? En pleno siglo XXI, a la generación digital le resulta difícilmente comprensible que no se dé transparencia a los elementos que conformaron esa decisión y las alternativas posibles, que no se hagan públicos los datos (en formato abierto y procesable) que sirvieron para ello. Una generación que comparte día a día retazos de su vida a través de redes sociales le es difícil entender como su gobierno no hace público por medios electrónicos todo aquello que le es de interés. Del mismo modo, existiendo multitud de métodos de dar rápidamente participación a los ciudadanos por medios electrónicos, le resulta poco comprensible que la decisión entre las distintas alternativas de recorte no le sean consultadas por medios electrónicos. ¿Difícil? Si, pero no imposible, y todos los que estamos en Internet sabemos que es posible.

La
incomprensión de la red por parte de algunos responsables políticos, tiene como consecuencia no haber sabido satisfacer la demanda de digitalización de la participación social y la perplejidad ante el fenómeno #15m. Internet, contra la impresión que algunos tienen de la red como impulsora del aislamiento, es un catalizador de las relaciones sociales. Los que están en la red son más activos y la red además facilita el autodescubrimiento entre sí de esas personas activas, el resultado es una herramienta de activación social sin precedentes e incomprensible para los que viven anclados en lo analógico. Recomiendo a este sector que lea el report "The social side of the Internet", aun centrado en analizar el fenómeno en USA, sus conclusiones son extrapolables a cualquier país avanzado.



El #15m es una llamada al reset para actualizar un sistema 1.0 y cargar un sistema 2.0.



El #15m tiene demandas económicas, son importantes en el corto plazo, pero en el medio plazo, lo importante para evitar nuevos #15m es avanzar en la implementación de un Gobierno Abierto. Avanzar en la inclusión de Internet entre el toolkit cotidiano de nuestros Gobiernos y políticos.