martes, 28 de agosto de 2012

Ramonet: “Nos están despojando de derechos sociales con el pretexto de la crisis”

MADRID.- Dicen que la primera protesta global se produjo en mayo del 68. Pero Ignacio Ramonet no está de acuerdo. El periodista cree que “no había conexión entre las protestas que se produjeron en distintos lugares”. 
 “La globalización”, asegura, “es la consecuencia de la aplicación del neoliberalismo” y por neoliberalismo entiende la “lucha del mercado contra el estado”, la intención del mercado de “expulsar al estado de cualquier tipo de actividad en la que está como protector y organizador de la sociedad”.
La “victoria intelectual de las tesis de Milton Friedman” marcó el comienzo del cambio de muchas sociedades. “Dejan de ser más humanas y acaban con la idea de la justicia social y el estado de bienestar”. Entonces sí se produce “la primera protesta global”: el movimiento zapatista en el estado mexicano de Chiapas.
El ex director de Le Monde Diplomatique dijo en el Foro Social de Rototom que el 1 de enero de 1994, el día en el que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y que el subcomandante Marcos hizo su primera aparición pública, nació “el primer insurgente en internet”. Era el subcomandante.
La Red era aún algo poco conocido. “Inventaron internet en 1989 y en 1994 estaba aún poco extendido. El subcomandante Marcos lo usó con la idea de crear una comunidad mucho más extendida contra la invasión de EEUU”, relató el cofundador delObservatorio internacional de los medios de comunicación.
“Es el primero que organiza los encuentros intergalácticos en la zona de Chiapas”, continuó. “Convocaban a intelectuales que participaban en el debate sobre qué es la globalización. Personas como Naomi Klein”.
El experto en geopolítica recordó entonces el nacimiento de ATTAC. La Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos nació en 1997 después de un editorial que escribió el propio Ramonet. Querían promover el control democrático de los mercados financieros y las instituciones encargadas de su control, y limitar la especulación en las bolsas.
“Lo que más se vende y se compra en el mundo es el dinero”, enfatizó el doctor Honoris Causa de la Universidad de Santiago de Compostela. “Podemos frenarlo creando una tasa sobre la especulación. Es una forma concreta de protesta”.
Ramonet advirtió del peligro de que los ciudadanos se aparten de los asuntos económicos. “El poder quiere transmitir la idea de que la economía es difícil de entender. Nosotros decimos lo contrario. Es fácil”. Y advirtió también contra “la trampa de la antipolítica”.

En 2001 el concepto de protesta global fue más allá. Nació el Foro Social Mundial, con Ramonet de nuevo como figura clave y con la intención de construir una globalización diferente. “En 1999 se había producido en Seattle una protesta global contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Casi nadie conocía la organización en aquel momento. Era una organización tecnocrática medio secreta. Se creó para garantizar el libre mercado, una de las bases de la globalización”.
“Los poderosos de la Tierra se reúnen en el Foro Económico Mundial de Davos. Allí van los principales financieros y empresarios, y ahí se determinan las políticas que han de seguir los mercados. Ellos convocan a los políticos para que digan qué concesiones van a hacer a las empresas a cambio de que inviertan en sus países”, explicó el gallego. “Davos es la representación de la cesión de la política ante los mercados”.
Ramonet contó que esa constatación les llevó a crear el Foro Social Mundial. “Dijimos que, frente a Davos, teníamos que crear un foro paralelo en el sur y, en vez de convocar a banqueros, llamaríamos a ciudadanos, intelectuales y movimientos sociales. La idea, cogida de Marx, era tratar de entender e interpretar el mundo y cambiarlo después”.
El experto en geopolítica internacional considera que el momento ha llegado. “Hoy entendemos cómo funciona la globalización. Ahora hay que pasar a la transformación”. Pero ¿cómo?
Hace años Ignacio Ramonet pasó un tiempo con el subcomandante Marcos y aprovechó su discurso en aquella carpa del Rototom donde colgaban dos letreros que decían Peace (Paz) y Love (Amor) para hablar de una de las ideas del zapatista. El también llamado Delegado Zero decía que no quería conquistar el poder porque “el poder está vacío”. Por encima del poder está el verdadero poder: los mercados y las entidades financieras. “Un presidente del gobierno está maniatado. El que gana las elecciones tiene que hacer lo que le ordena la Unión Europea y los mercados”, apuntó.
La receta de Ramonet consiste en “cambiar cada pieza de la sociedad”. “Si cada uno de nosotros nos vamos transformando ética, política, socialmente… el país cambiará. Esa tesis la vemos en muchos de los movimientos de protesta actuales. La conquista del poder conduce a la impureza”.
El profesor de la Sorbona sacó otra “tesis”. Movió su argumentación a América Latina. En esa zona “cuando cayeron las dictaduras, se sustituyeron por democracias neoliberales. Privatizaron todo. La sanidad, la educación, las jubilaciones y todo lo que el estado poseía estratégicamente, como el subsuelo o las aerolíneas. La consecuencia fue el despojo de los derechos sociales. Ahora estamos viviendo el mismo proceso en Europa con el pretexto de la crisis”.
Pero en Latinoamérica “surgieron nuevas opciones políticas”. Ramonet indicó que “muchos dirigentes actuales como Rafael Correa, Evo Morales o Hugo Chávez fueron al Foro Social Mundial y sacaron una conclusión: “A partir de la potencia de la protesta social en Latinoamérica, los movimientos sociales pueden ser una respuesta al agotamiento de la política”.
“Constituyamos nuevas organizaciones sociales. Así surgieron nuevos regímenes en América Latina. Sin partidos políticos. Su idea no fue solo cambiar la sociedad cambiando a cada individuo. Fue cambiar las leyes y así surgió, por ejemplo, una nueva república en Venezuela. Desde la base se puede cambiar la sociedad”, comentó.
Ramonet dijo que “hoy es muy interesante mirar a América Latina para ver que la propia política puede transformarse para transformar la realidad”. Pero sabe que su visión es muy distinta a la del discurso mediático dominante. “Los medios hablan muy mal de estos países porque tienen miedo de que estos cambios se produzcan en Europa”.
El escritor desconfía de la imparcialidad de los medios. “Desde hace tiempo, en Europa, todos están criticando a los políticos, a la corrupción… ¿Desde cuándo los medios son tan éticos? ¿Desde cuándo son tan hostiles cuando antes estaban de rodillas ante los poderes políticos?”, se preguntó. “Los medios dicen que los políticos no valen desde que los políticos no tienen poder. Ahora no critican a los bancos porque son el verdadero poder”.
Pero Ramonet no se mostró derrotista. Al contrario. “Nuestro objetivo”, dijo, “es conseguir el poder en las urnas. ¿Se puede ir contra los mercados? Sí. Lo han hecho en Bolivia. Nosotros también podemos hacerlo con la ayuda de Portugal, Grecia e Italia. Lo más noble que hay es hacer política con ética”.
Mar Abad

El silencio de los mercados / Alejandro Inurrieta *

El mes de agosto, al menos en su primera parte, parecía que podía marcar un cambio de tendencia en la evolución de los mercados financieros españoles, especialmente el que más preocupa en la actualidad; el de deuda soberana. La prima de riesgo y la bolsa habían mejorado ostensiblemente, tras un final de junio de infarto, en el que el diferencial con la deuda alemana alcanzaba los 650 puntos básicos y se descontaba un rescate inmediato por parte de las autoridades comunitarias.
 
Este escenario se mezclaba con declaraciones contradictorias por parte del BCE, por un lado, y de los dirigentes europeos más beligerantes en contra de las ayudas a los países periféricos, lo que condujo a una elevada volatilidad, siempre dentro del marco tendencial que marcaba el inevitable rumbo de la intervención soberana, tras aprobarse la bancaria, solo pendiente de que el escurridizo y ausente presidente del Gobierno decida cuándo y cómo pide el rescate.

Desde una óptica económica y financiera, nada ha cambiado en España. Todos los indicadores macroeconómicos descuentan una fortísima recesión, que ya se extiende al año 2013, por lo que las previsiones oficiales han quedado completamente desfiguradas y fuera de contexto, ante el desplome del mercado laboral, consumo privado y público, y especialmente la inversión privada. La restricción crediticia inducida por el ciclo, pero también por la dramática situación patrimonial de una gran parte de entidades bancarias, está acrecentando la caía de la actividad, algo que demuestra la validez de esta variable como proxy del PIB. Las continuas reformas y contrarreformas del sistema financiero también están contribuyendo a que los inversores nacionales y extranjeros hayan decidido deshacer buena parte de sus posiciones y ponerse muy cortos de activos españoles. Esto se deja notar en el volumen de salidas de fondos de España, más de 160.000 millones de euros en los primeros seis meses del ejercicio, algo que sin duda pudiera afectar a la solvencia futura de muchas entidades españolas que ahora van a ser recapitalizadas, cuando llegue la ayuda, aprobada ya hace más de dos meses y que no acaba de llegar por la lentitud de las autoridades comunitarias.

Sin mejoría en la actividad económica y con un Ejecutivo cuya única actividad se centra en recortar derechos, prestaciones y renta no monetaria de los hogares, fundamentalmente de los percentiles medios y bajos, los mercados financieros han estado fluctuando en estas últimas sesiones al alza, en previsión de que pueda ser inminente el rescate y que por fin se puede acabar la incertidumbre sobre el alcance del mismo. Por eso, y por el escaso volumen de negociación, se ha relajado la tensión sobre la deuda española, también por la ausencia de subastas de deuda y sin referencias económicas.

Pero esta tendencia se ha roto en las dos o tres últimas sesiones y ha vuelto a alcanzar el umbral de los 500 puntos básicos, en parte por la reducción de la rentabilidad del bono alemán, y curiosamente en un contexto de alzas de bolsa, lo cual puede estar indicando un cambio de expectativas entre los agentes en los distintos mercados. La respuesta también puede estar en que en las próximas semanas se va a concretar el rescate español, que desde mi perspectiva, va a ser mucho más duro de lo que se está descontando entre los inversores, y sobre todo entre los ciudadanos.

Esta dureza se va a plasmar en que la troika comunitaria va a exigir a las autoridades españolas unas condiciones absolutamente draconianas, porque lo legislado hasta ahora, no ha servido para cumplir las exigencias sobre el déficit público. Estas nuevas condiciones van a ir encaminadas a una profunda revisión, y reducción de las pensiones públicas y del subsidio del desempleo, acortando plazos y cuantía, adicional a lo que ya se ha legislado por decreto. Pero en el fondo, lo que subyace de verdad es que las necesidades reales de capitalización del sistema financiero son muy superiores a lo que se ha evaluado y aprobado por parte de la UE. Estas se acercarían a los 300.000 millones de euros, por lo que las necesidades totales de España superarían los 600.000 millones de euros, cantidad que a día de hoy sería muy complicado de ofrecer por parte de la troika. Solo si el BCE pudiera monetizar la deuda, la solución sería viable y financiable, lo que nos podría retirar del mercado durante un tiempo, como se ha hecho con Portugal, Grecia o Irlanda. Esto, los mercados lo saben y lo conocen, y por ello, van a volver a tensionar los mercados de deuda, y no hay que olvidar que los próximos vencimientos de deuda, en octubre, ahora mismo no hay capacidad de acometerlos sin que medie una ayuda externa, algo que también afectará a muchas de las CCAA que tendrán que ser rescatadas en los próximos meses.

En suma, estamos ya ante las últimas bocanadas antes de ser intervenidos, aunque las consecuencias traerán mucho sufrimiento adicional a la población más desfavorecida, ante la preeminencia de una doctrina económica equivocada. Sin quitas de deuda privada, sin un cambio drástico en el balance financiero nacional e internacional, solo nos queda esperar a que terminen el trabajo iniciado en 2010 y que ha supuesto el desmantelamiento del modelo público de servicios esenciales y que nos llevará a sociedades similares a las anglosajonas, cuna de la inequidad y de la pobreza institucionalizada y olvidada.
(*) Alejandro Inurrieta es economista
http://www.cuartopoder.es/tribuna/el-silencio-de-los-mercados/3139 

Mejor ser Robin Hood que Ali Babá / Ángel Juárez Almendros *

Las ideologías nos separan pero la presencia de líderes temporales hace que estas desaparezcan y nos una el mensaje de quienes asumen este rol. Nos sucede estos días oyendo a Juan Manuel Sánchez Gordillo en los medios de comunicación, especialmente en el Gran Debate, o ante el anuncio del ex banquero Mario Conde de presentarse a las elecciones generales.  Y conste antes de continuar que tengo mis divergencias con él aunque jamás lo demonizaré como si hacen otros.

Muy mal está este país para que dos personas ideológicamente opuestas en el campo político salgan a la palestra para pedir cambios, soluciones y dignidad política para evitar el “choriceo” al que estamos sometidos por parte de ciertos estamentos económicos que solo saben enriquecerse con las inyecciones que les proporciona el estado con nuestro dinero, el mismo que después no tenemos para prestaciones, subsidios y ayudas.

Pero hablar contando verdades tiene su precio y el nuestro es un país que no permite ciertas licencias. Y aún las permite menos más cuando quienes se las toman son representantes políticos, como el caso de Sánchez Gordillo que es alcalde de Marinaleda, y tienen que someterse al intento de desprestigio de otros de la misma clase, la política, que en lugar de bajar la cabeza intentan morder sacando lo que consideran trapos sucios de quien denuncia con valentía. Sacar ahora capítulos de Cuba o Venezuela cuando el debate es otro pone en evidencia la debilidad del atacante y sus pocos y muy pobres argumentos.

Pero atacan. Lo hacen sin miedos y sin escrúpulos, puesto que todos tienen algo que esconder, para callar la voz de quien se alza como líder o, como cuentan algunos y cada vez más, se ha convertido en héroe de culto o el llamado “nuevo Robin Hood”. Esta vez han llegado tarde y no han podido “matar al mensajero”.

Los de su lado político, las izquierdas, han sido los primeros en fustigar a Sánchez Gordillo. Unos por miedo a que se le escuche demasiado y su mensaje se haga fuerte y ponga en peligro su modus vivendi que no es otro que vivir a costa de los ciudadanos. Otros por tener la obligación de denunciar la actitud de este valiente alcalde, mandados por las cúpulas del partido a cambio de mantener los puestos. Curiosamente es aquí donde la palabra “portavoz” diverge en dos significados bien distintos. Ni el PSOE ni el PP pueden extinguir las criticas que el pueblo escucha y deberían empezar a practicar ciertos silencios.

Sánchez Gordillo es ahora el portavoz de la mayoría de españoles y los portavoces políticos se han convertido en las alcahuetas que cuentan chismes que nadie quiere escuchar. Porqué quizás una de las ventajas de la desafección que los ciudadanos tienen de la política es que los niveles de credibilidad de los portavoces están ahora bajos mínimos. Y también porque los movimientos sociales, evidenciados en el 15-M, han incrementado la confianza del pueblo en otro tipos de representantes que no son los de los partidos. Se está acabando el aborregamiento de un pueblo que cada vez piensa más y con mayor fuerza.

Hace meses que denuncio, a título personal en mis artículos y a través de otros foros como la Red Internacional de Escritores por la Tierra donde comparto opinión con mis compañeros que la integran, que la propia estrategia económica de los ricos es protegerse los unos a los otros cambiando leyes y normas a su antojo para quedar impunes de sus atropellos. Lo hacen con la cara descubierta, sin esconderse y saliendo de rositas porqué todo lo hacen estando en el poder y con los otros poderes en sus manos.

Saben que el control que ejercen es máximo y que les permite callar ciertas voces. Hasta ahora lo han conseguido, con la manipulación de ciertos medios de comunicación que tienen a su disposición, evitando que las opiniones de los portavoces de los mayores movimientos sociales llegasen a las grandes masas. Pero otros, como el alcalde de Marinaleda, se les han escapado. Quizás porqué intentar callar a un alcalde no es lo mismo que hacerlo con otras personas, quizás porqué no imaginaban la reacción de Sánchez Gordillo, o porque cada vez tienen menos poder. La gente no está para cuentos pero puestos a elegir prefiere el de Robin Hood que el de Ali Babá y los cuarenta ladrones.

“Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”. La famosa frase del genial Groucho Marx gana significado en nuestro país ahora.  Porqué hay quien defiende a los indignados y consigue hacer llegar su mensaje y otros que, con la indignidad como bandera, intentan callar mensajes para que el pueblo siga sin ver los abusos, sin oír ciertas voces y sin hablar con libertad.

(*)  Ángel Juárez es presidente de la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET),  que agrupa a casi 500 intelectuales, científicos, periodistas y ecologistas de todo el Mundo