martes, 26 de febrero de 2013

Llegó el tsunami / Gorka Larrabeiti

En las elecciones políticas de ayer no llegó la marea, sino un tsunami. Italia se despierta ingobernable: el centroizquierda (PD / Sinistra e Libertà) gana al fotofinish en la Cámara, pero Berlusconi tiene un escaño más en el Senado. El gran ganador de las elecciones es el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, que consigue más de ocho millones y medio de votantes, el 25,55%, y se convierte en el primer partido de Italia, cuando en 2008, una lista que aún no se llamaba Movimiento 5 Estrellas, sino todavía "Grillos parlantes", recogía tan solo 66.000 votos. Pero Berlusconi, perdiendo mucho menos consenso que la coalición de centroizquierda, resistiendo sólidamente al tsunami, gana también. El destino del país otra vez pasa por sus manos: anuncia ya un acuerdo con el PD, porque "Italia no puede ser ingobernable". Siempre se le subestima, pero su populismo mediático, método de gobierno que perdura por culpa de una oposición incapaz de hacer una ley de conflicto de intereses, sigue funcionando: sabe comprar votos, sabe convencer mucho más que un frío y extraño técnico como Monti, que pese a los altos apoyos recibidos ha obtenido un 8,3%. Más de siete millones de italianos siguen votando a "Silvio", y es curioso que la mayoría de ellos lo haga secretamente, como escondiendo un pecado, una obscenidad, que esperan que el Cavaliere les reembolse bajándoles los impuestos, promesa y absolución electoral.

¿Cómo se explica este éxito de Grillo? Por dos factores: la eficiencia del "Tsunami Tour", una durísima campaña electoral por plazas de toda Italia construida con excelente técnica retórica y mediática, y por la crisis, protagonista verdadero de este boom de votos. El voto se mueve hasta última hora. Uno de cada diez votantes elige en las últimas 24 horas, y Grillo inundó la capital de Roma la víspera. Una Italia empobrecida ha abrazado la rabia del lema "Todos a casa". El tsunami no distingue colores. De hecho, se irán ya a casa los siguientes pesos pesados de los últimos veinte años: Fini, postfascista escindido del PDL de Berlusconi, actual Presidente de la Cámara; el exjuez Di Pietro, protagonista del movimiento Manos Limpias en los años 90; Diliberto, secretario del Partido de los Comunistas italianos; Paolo Ferrero, secretario de Rifondazione Comunista; Ingroia, líder de la lista Revolución Civil.

Más consideraciones acerca de este marevoto a Grillo: se pensaba que iba a quitar votos a Berlusconi, en cambio le ha quitado más votos al Partido Democrático de Bersani, que fue el blanco preferido de los mítines de Grillo. Hoy Grillo se dice sorprendido por el resultado del Cavaliere. En la campaña, Grillo dedicaba a Berlusconi lindezas como estas: "está muerto", "ha fracasado", "es un holograma", "es míster Proper, el detergente de la lavadora", "el enano"... Hoy Grillo explica el éxito del Cavaliere diciendo que unos 20 millones de italianos (los que han votado a la coalición de centroizquierda o a la de centroderecha) han podido de algún modo vadear la crisis, apañándoselas de algún modo. Bastará, por tanto, los meses de caos que esperan a Italia para que muchos de estos votantes vayan a parar al Movimiento Cinco Estrellas.

Dando por descontado que a la casta política italiana le hacía falta una buena limpieza y que este tsunami dejará una oposición sanísima en un Parlamento que estaba muerto hacía tiempo, donde se gobernaba o con gobierno técnico o por decreto ley desde 2008, no se pueden no ver sombras en este movimiento. Primera: hoy por hoy Grillo ha hecho mucho más daño a la izquierda que a la derecha. Segunda: al Movimiento Cinco Estrellas, que dice "no ser ni de izquierdas ni de derechas, sino que está adelante", lo han votado gentes que vienen o de la izquierda o de la derecha. Esos conceptos políticos, se quiera o no, siguen ahí, y seguirán siempre. El primer punto del programa del Movimiento Cinco Estrellas es la renta de ciudadanía. Ahora: ¿alguien ha podido preguntar a Grillo quién considera que tiene derecho a ciudadanía? No. Antes o después, surgirán tensiones ideológicas en el seno de un movimiento cuya real argamasa es la personalidad del cómico que la fundó. Cuánto durará la cohesión del Movimiento Cinco Estrellas es una incógnita que aún no se puede descifrar, pues todavía ha de derribar muros el tsunami. Es indudable que el Movimiento Cinco Estrellas producirá cambios enormes, sobre todo, en el Partido Democrático, ese engendro que defiende a empresarios y trabajadores, laicos y opus dei y que siempre ha tratado, como decía ayer Carlo Freccero de ganar consenso confluyendo hacia el centro, tendrá que cambiar de estrategia. O apuesta por el puro centro y se deja de izquierdas, o se va hacia la izquierda y trata de recoger los escombros de la izquierda. Lo más probable es que haga lo primero, y que lo haga a través de un nuevo líder, que será el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, que quedó segundo en las primarias del partido. El temor es: si el PD renuncia a lo poco que tenía de socialdemocracia, y Grillo ha derrumbado el castillo de arena de los viejos restos de los partidos de izquierda, ¿qué queda? Nada. Ha sido muy significativo en este sentido el voto que aconsejaba Sinistra Critica: que cada votante eligiera autónomamente porque ahora no cabía una decisión colectiva, y que se remitían a hoy, a después de las elecciones, para comenzar a construir una alternativa. Todo por hacer. Partiendo de cero.

Los faros que alumbraban la política italiana están apagados: ni el Vaticano ni los Estados Unidos pueden señalar el rumbo. Esta Italia no navega: es una onda anómala. Aquí comenzó en el año 2008 una rabia en los estudiantes que se fue erizando, alzando, compactando y hoy reunida en ese voto que Beppe Grillo ha sabido canalizar, estalla contra los altos muros de la política, hoy de arenisca. Dentro de poco habrá que nombrar un nuevo Presidente de la Cámara, y luego nada menos que un Presidente de la República. El tsunami hará que no se pueda hacer el clásico chanchullo que antes podían hacer entre Berlusconi y D'Alema. Tendrán que contar con los seguidores de Grillo. Le preguntaron anoche a Grillo si creía que Partido Democratico y Berlusconi formarían un gobierno de unidad. Respondió que, sí, que probablemente lo harían, pero que habría que volver a votar. Este, dice Grillo, ha sido el "ensayo general" de lo que llegará en las siguientes elecciones. Dicen que después de verano. Entre tanto, la crisis agravará aún más la situación de Italia. Inquietante panorama. 9:26 a.m. El índice MIB de la bolsa italiana pierde -4,38% y arrastra al resto de bolsas europeas. Sube la prima de riesgo italiana a 340, y Berlusconi chulea: "[La prima de riesgo] es un invento de hace dos años". Los mercados reaccionan al tsunami con una tempestad ya anunciada que tal vez lo fortalecerá y extenderá. 

Europa vuelve a tensarse. Por un lado, Alemania afirmando que no hay alternativa a las reformas estructurales; del otro, el pueblo italiano rechazando esas reformas. Italia hoy enseña que pierde la austeridad de la Troika, y que si el bipartidismo institucional no da respuesta inmediata a la crisis, surgen inmediatamente otras respuestas populistas. Por eso, o la izquierda responde ya al pueblo en crisis, o, como en Italia, el pueblo en crisis se la lleva por delante.

Una monarquía protegida por la censura / Iñaki Anasagasti *

Así se titulaba el libro que publiqué en 2007. Eran tiempos de opacidad y oscurantismo sobre todo lo que hacía referencia a la Casa Real. La mayoría veía inconveniente que se tratara de romper el muro de silencio que rodeaba una institución como la monarquía, nacida ilegítimamente como herencia de una dictadura corrupta. Sin embargo, siguiendo aquella canción de Raimon que decía que si no rompemos el silencio, moriremos en silencio; acepté el encargo de una editorial que me pidió contara mis vivencias con esta institución. Escrito y entregado el libro, la editorial tuvo la debilidad de enviarlo a la Casa Real para su aprobación. 
Y, como era de esperar, les negaron el plácet. A mí me agradecieron el esfuerzo y si te he visto no me acuerdo. Gracias a Javier Ortiz, que cogió el original y lo editó, pude empezar a romper aquel infranqueable muro de silencio. Hoy, aquellos que me tildaban de pirao callan. Y es que no fue nada fácil ser picapedrero de una institución protegida por la derecha, pero sobre todo por un PSOE que se define republicano, pero actúa como un mayordomo de Corte y por unos poderosos medios que veían peligroso que un nacionalista vasco tuviera la osadía de pedir explicaciones parlamentarias a una institución que "arbitra y modera" pero por sobre todo que es garantía "de la unidad y permanencia de España".
Casi cuarenta años después de que se definiera al rey, como "el motor del cambio", comienza a comprobarse lo que ha sido esta cueva de Ali Babá. Un rey que es hoy uno de los hombres más ricos de Europa, una familia desestructurada y nada ejemplar, cacerías, amantes, comisiones, y el nulo control político en democracia. Si empecé desde la tribuna con mis preguntas parlamentarias en la más absoluta soledad, hoy ya IU, ERC y muchos medios de comunicación han abierto la veda ante la oceánica corrupción de una institución que, dicen, solo se puede sostener en el siglo XXI en base a ser útil y ejemplar. Pues se han lucido.
Siempre que me preguntan por el caso Urdangarin les cuento mi teoría. Un joven deportista, sano, de familia conocida, que deja a su novia para casarse con la hija del rey. Recibe unos cursos y conoce a un tal Diego Torres, un tipo espabilado del que se hace amigo. El duque ve lo que ocurre alrededor de su suegro. Cortina de humo, impunidad e inmunidad, regalo de Bribones y Fortunas, motos y Ferraris, comisiones por gestiones que nadie puede controlar, amantes, apariencia y encima reverencias y ensalzamiento continuo. En ese clima metes a Iñaki Urdangarin, que tenía la ambición a flor de piel, buena planta y el título de duque real, con un profesional avispado como Diego Torres y es como meter hidrógeno con oxígeno. Siempre sale agua.
Urdangarin y Torres hicieron lo que hicieron porque desde la casa del rey solo se les decía que "guardaran las apariencias". Ningún mensaje ético o de reprobación. ¿Cómo iban a tenerlo si el suegro hacía lo mismo pero multiplicado por cien?
Desgraciadamente para ellos no contaron con un juez a punto de jubilarse que, cogiendo un hilito de una pieza separada del caso Gürtel, comenzara a tirar de él. Y ya la cosa no se pudo parar. Sobre todo cuando a todo esto se le juntó una crisis económica de caballo que azuza el malestar ciudadano y cuando además el suegro, en pleno hundimiento, se va de cacería con su amante aceptando una invitación tras haberse conseguido la adjudicación del tren de Alta Velocidad entre La Meca y Medina. Corrupción, infidelidades matrimoniales, insensibilidad ante la situación del país. Una mezcla explosiva.
Ante una situación como esta y tras el anuncio de la abdicación de la reina Beatriz de Holanda, de la misma edad que Juan Carlos, y ante la renuncia del Papa; cada vez más en la Villa y Corte, al calor del caso del yerno, piensan que lo mejor que puede ocurrir hoy es que el rey abdique y venga su hijo Felipe. Veremos cómo va a ir subiendo esta marea tras las presiones para que no se impute a Cristina de Borbón y el escándalo internacional que va a poner este juicio en cuarentena si al juez Castro le dejan terminar su trabajo.
Sería, sin embargo, la ocasión para someter a consulta lo que no se pudo hacer en 1978 cuando se aprobó la Constitución y nos metieron de matute la "monarquía del movimiento" algo que no ocurrió en Italia tras la Segunda Guerra Mundial. Y ahí veríamos si los socialistas que se definen como juancarlistas lo son o más bien son unos señores que se dicen republicanos pero que en el fondo son unos monárquicos de la peor especie. Si aceptan que después de Juan Carlos tiene que venir su hijo y no la república, es que lo que siempre hemos sospechado se va a hacer realidad. Cuando tu sistema político no se basa en el voto popular sino en que un hijo herede la jefatura del Estado de su padre, a eso se le llama monarquía. Y quien lo aprueba y sostiene es monárquico. Un sistema medieval incomprensible para los jóvenes de hoy y para algunos no tan jóvenes.
A raíz del juicio, editorialistas, biempensantes, prebostes, marqueses y duques, socialistas monárquicos como Felipe González... nos van a preguntar si queremos cargarnos el sistema como ocurrió en Italia con los jueces de Manos Limpias. De hecho, están presionando al juez Castro de manera harto antidemocrática. El mismo Consejo General del Poder Judicial le ha pedido explicaciones al titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca para que les explique detalladamente por qué solicitó comisiones de servicio para la práctica de varias diligencias en Madrid y Barcelona hace dos semanas. Unos señores que no se enteraron de los suntuosos gastos de su presidente, Carlos Dívar, se han puesto puntillosos por ver si descarrilan la instrucción.
Veremos qué ocurre. Me temo lo peor. La señora Cristina de Borbón, hija del rey, debería estar imputada y procesada. De cajón, si es verdad lo que dijo su padre en su mensaje navideño de hace año y medio de que la justicia es igual para todos. Se le olvidó decir que menos para él, que es irresponsable, como en la Edad Media. Habrá que estar al loro. Corrido el telón, estamos todos viendo en qué consistió el éxito de la modélica transición española de la dictadura a la democracia: impunidad, opacidad, corrupción y falta absoluta de valores éticos y democráticos. Y el mundo observando. Ya era hora.
Todo ello, quizás, fue implícito en la denuncia que ha hecho famosa la joven socialista Beatriz Talegón, quien en la reunión de la internacional de jóvenes socialistas celebrada en Portugal se plantó frente a líderes mundiales de la Internacional Socialista y les criticó que pretendieran promover la revolución desde hoteles de lujo. Su discurso ha corrido como la pólvora por las redes sociales. Talegón sabe que la calle ha dejado de sentir que el socialismo está de su lado.(...)
(*) Senador del PNV