sábado, 25 de mayo de 2013

Legitimidad democrática para la Zona Euro / Carlos María Brú Purón *

Por fin, François Hollande ha aludido a lo que era un valor entendido pero que todos esquivaban: la necesidad de un verdadero Gobierno de la Zona Euro con un "verdadero Presidente" de larga duración.

Por lo que, si pasamos de la anécdota a la categoría, me permito preguntar: ¿Cuántos, de 333 millones de habitantes de los 17 Estados que integran la Zona Euro, conocía la existencia y funciones de Jeroen Dijsselbloem como Presidente del Eurogrupo, hasta que la crisis de Chipre le trajo a primer plano?  ¿Cuántos ciudadanos le había votado para el cargo?

Y es que, legalmente, el peso institucional de esta persona, de su antecesor Juncker y los que vengan, es mínimo: el único texto legal dedicado a ellos, Protocolo 15 del Tratado de Lisboa, no otorga más prerrogativas que la de "reunir informalmente" a los 17 Ministros de Economía del Eurogrupo y ser "invitado a las sesiones del Ecofin".

Ocurre, sin embargo, que su poder de hecho, o al menos resonancia del mismo, deberían ser mucho mayores, dado que representa a la Eurozona, el más significado "circulo concéntrico" de los que Delors previó en la Unión Europea. A diferencia de Schengen y otras “distintas velocidades” en la Unión, la moneda común ha creado para esos 17 Estados un auténtico mundo aparte, en el que la necesaria disciplina económica, derivada de la monetaria, repercute directa y endogámicamente en la vida de esos trescientos y  pico millones de ciudadanos.
Para bien o para mal,  hay quién dice que para esto último.

Porque si la moneda común ha privado  a los países de la devaluación monetaria como arma competitiva; si el rigor presupuestario impuesto a los en crisis comporta el consabido austericidio -  según el FMI, por 1 punto porcentual/PIB de reducción en gasto público, dicho PIB  del país pierde 1,7 puntos-, pero también el olvidado austerosuicidio - la depresión del  Sur daña al Norte por falta de clientela-; cuando una interpretación errónea del artº. 123 del Tratado de Funcionamiento (TFUE) impide la prestación de solvencia por parte del BCE a los Estados; cuando se recuerdan los cientos de miles de millones de rescates a Bancos desde el comienzo de la crisis acá, o el atraco del 5 % de interés pagado por los Estados - léase contribuyentes- a intermediarios bancarios que lo obtuvieron del BCE al 1 %; cuando, últimamente y a lo chipriota, fueron los simples depositantes, más que los ágiles  evasores, los paganos; ... cuando ocurre todo eso no es de extrañar la tentación, teñida de populismo: “¡que no  me quede como estoy... yo me apeo!" (del euro).

Y no sólo gente, también ha sido respondón un Tribunal Constitucional, el de Portugal.

Cierto es que ha habido lenitivos, cómo ese MEDE sufragado por los 17, que posibilita anticipos a Estados carentes de liquidez, pero previa petición de Rescate y sujeción a un memorandum de entendimiento, por su sigla inglesa ese MOU de gesto tan adusto como el entrenador madridista homónimo. Y que, según el demostrado circuito de "ayuda ex post, retraimiento de mercados", será remedio que enfebrecerá más nuestra querida prima de riesgo. Y olvidémonos del farol “draghiano” de los OMTs de 2.012, que los Estados sureños desatendieron, porque eso era una vuelta a las andadas: rescate y empujón al costoso mercado secundario.

Avanzamos, sí: se prevén autoridades únicas de supervisión y resolución de entidades bancarias, Tasa de Transacciones Financieras en 11 países, lo de Chipre llevará a luchar contra los paraísos fiscales dentro de la Eurozona (¡attention Luxemburgo!), etc.

Pero la moneda común conlleva una profunda intersección económica, ésta exige mutualización, hasta un tope, de deuda pública, también unión bancaria y armonizaciones fiscal y social. En definitiva, integración política.
La que a su vez incurrirá en voluntarismo si no accede al campo de la Ley, en este caso el  Derecho  Comunitario primario. Que no es intouchable.

Una sigilosa Decisión del Consejo ya lo modificó, en concreto el  artículo 136 TFUE dónde, so pretexto de legalizar el MEDE,  permitió “activar” mecanismos; lo que, en una interpretación finalista, puede ser base de lo que su Exposición de Motivos insinuaba: abrir el grifo del BCE a Entidades Públicas a través de los respectivos Bancos Centrales.

¿No cabe hacer más? Si recordamos, con David Graeber, que históricamente “la acuñación de moneda trajo la Ley”, y con Verhofstadt y Cohn-Bendit que “no hay un solo ejemplo de moneda única sin Estado” (o su equivalente, Federación plurinacional), cabe vaticinar para el euro, Ley en la mano, que llegue a ser la  palanca de una Federación a 17,  distinta aunque no distante, de la ya simple Confederación a 27.

Pero la legalidad exige legitimidad, y ésta a su vez descansa en la voluntad ciudadana, o séase el voto.

El Eurogrupo (ministros de Economía de los 17), ha sido indirectamente votado, porque al igual que el Consejo de los 27, representa a Gobiernos internamente elegidos. La Comisión, así como asá,  pero las audiencias (hearings) ante el Parlamento Europeo han dado un cierto marchamo a los Comisarios; y la propuesta, parece que en serio, de que el futuro Presidente de la Institución figure en cabeza, según las distintas opciones políticas, de las listas electorales europeas de 2.014, legitimará a al Comisión toda. 

Con ello vuelvo al comienzo: ¿Hemos votado a Dijsselbloem? No, pero hay remedio.  

Bastaría  que, a semejanza de lo dicho para el Durao de turno, en las listas de los 17 países euro figuren también  candidatos a la Presidencia del Eurogrupo.
Pienso que tal cargo electo, encabezando un Eurogrupo gubernamental cuyo interlocutor parlamentario fuesen –esto es muy importante- tan sólo los Eurodiputados procedentes de la Zona Euro, aportarían a ésta la legitimidad mínima exigible para tomar las decisiones clave que necesitamos.
Y si eso a su vez comporta – así lo recomiendan J.P. Piris y D.Sidjansky- crear dentro del PE una Comisión especial y estable de eurodiputados de origen Eurozona, sería un tema a estudiar que dejo para posterior artículo.

(*) Notario y político español

El discurso económico "suicida" de Maduro / Alexander Guerrero *

Venezuela vive el ocaso de un proceso político. El modelo económico del rentismo socialista petrolero trajo una severa crisis económica, la cual se expresa en serias dificultades de pagos, internos y externos, y como subyacente una crisis política, en punto muerto, el gobierno de Maduro, radicalizado no podría resolver ni la crisis fiscal ni la de balanza de pagos, caracterizada ésta por una crónica escasez de divisas. En esas condiciones sería poco menos que imposible el retorno al mercado de deuda para adquirir "dinero fresco".

El gobierno responde con amenazas, represión y radicalismo en lo económico, en un discurso hueco, sin concepto, difuso y suicida. Todo en manos de una mediocre administración fiscal y monetaria en un entorno institucional volátil e inestable. En lo económico, la gente sobrevive en medio de escasez, bienes y dólares; los precios en el umbral hiperinflacionario, cambian semanalmente; maxidevaluaciones, desempleo, inseguridad personal, servicios públicos en ruina.

El momento económico vivió su epicentro hacia finales del 2012 con la muerte de Chávez, quien a la hora de irse dejaría una colosal crisis fiscal y de pagos externos que se manifestó en febrero con la devaluación en 47%. El cuadro político se completaría primeramente con la selección del presidente temporal y luego en las elecciones de abril para elegir Presidente, en un ambiente cuasi-fascista donde el candidato del gobierno se presentó como candidato del Estado. El proceso electoral devino en fiasco, viciado y bajo acusación de fraude por H. Capriles, candidato opositor, quien solicito auditoría, sin recibir la respuesta adecuada por parte del CNE.

Ello ha creado un entorno de ilegitimidad del Presidente juramentado, quien no posee el pleno espectro de legitimidad, por ejemplo, en la ampliamente aceptada legitimidad de Max Weber; no posee el carisma, tampoco legitimidad política, y finalmente una legitimidad legal cuestionada por una elección impugnada por la oposición. El impacto de esta legitimidad cuestionada ha sido brutal en lo económico, la posibilidad de accesar mercados de deuda se aleja; Pdvsa recibió días atrás una desmejora en sus niveles de riesgo, no podrá emitir deuda.

El Presidente juramentado no comprende la magnitud del problema, su discurso económico es suicida, lejos de crear condiciones para un ajuste natural de precios y reglas que devuelva confianza a la inversión, asume un radicalismo absurdo, que le impide reconocer que la crisis de pagos traerá maxidevaluaciones e hiperinflación acentuando la contracción de la economía. Las crisis fiscal y de pagos externos, es el "llegadero" natural de la irresponsable expansión fiscal, políticamente inducida; el gobierno se come la gallina de los huevos de oro descapitalizando a Pdvsa y exprimirla fiscalmente. Por ello Pdvsa desinvirtió, con el resultado esperado de una presión fiscal que reducirá producción de petróleo a unos 2.4 MBD.

La descapitalización de Pdvsa fue "compensada" con flujos masivos de endeudamiento externo para financiar gasto social, debilitando su posición financiera y coadyuvando la caída de la producción de petróleo. Pdvsa importa hoy gasolina para el mercado local y el contrabando un 10% de sus exportaciones. El colapso fiscal es entonces un escenario a considerar en cualquier análisis de coyuntura. Subyaciendo a ese escenario petrolero, hay que acotar que por intereses geopolíticos para la defensa de la revolución, se firmaron acuerdos multi y bilaterales, mercantilistas, opacos y rentistas destinados al canje de petróleo por obras, vitualla diversa, pérdida de soberanía (Cuba), con Brasil, Argentina, Uruguay, Nicaragua, Bielorrusia, todo lo cual ha contribuido a la caída del ingreso fiscal petrolero.

Al perder Pdvsa el mercado de deuda en dólares en 2011, apeló al canje de papeles por financiamiento directo del BCV, papeles de deuda que eventualmente terminarán en los hornos junto a los billetes viejos y en desuso. En realidad, es un financiamiento monetario inflacionario al gobierno, Pdvsa es solo un camino verde, la caída de la renta petrolera la compensa así el BCV imprimiendo dinero. La crisis fiscal y de reservas internacionales producida por la caída del ingreso fiscal petrolero y por menor venta de divisas de Pdvsa al BCV, tienen entonces el mismo origen; ello explica las maxidevaluaciones del 47% y del 100% -subasta- y los rezagos en Cadivi, los cuales ya sobrepasan los seis meses, con lo cual el dólar a 6.3 es solo una quimera.

La contracción en curso de (-8%), una inflación esperada superior a 45%, un nivel hiperinflacionario, con cierre de puestos de empleo por la desinversión del sector privado debido a la escasez de divisas, y maxidevaluaciones subsiguientes en camino, tendrán un fuerte impacto social y político, el gobierno lo sabe y por eso corre hacia adelante radicalizando el discurso sin tomar medidas racionales, pero como con la orquesta del Titanic, le pone música de fondo a un radicalismo suicida, el mejor récipe para un hundimiento.

(*) Economist, PhD. (London University)